‘Toy Story 2’ | Avalancha de regalos navideños
¿Cuántos regalos son buenos para niños menores de dos años? Si se los satura con demasiados paquetes, ¿los sabrá apreciar?
Se acerca Navidad (aunque según qué guarderías lo llaman Fiesta de Invierno) y además de las fiestas de empresa, el amigo invisible y las comilonas familiares con Álmax, a los padres primerizos nos llega otra fase del videojuego con dificultad extra: hacer la carta de los Reyes o Papá Noel de nuestras criaturas.
Todos recordamos esas mañanas de ilusión y ansiedad, de levantarse pronto y despertar a los padres para la avalancha de regalos. Ahora queremos que nuestros hijos vivan esa misma sensación. Pero como estamos demasiado motivados y mentalizados, nos surgen demasiadas preguntas:
(Por supuesto, ésta es una columna de humor exagerado y éstos son problemas del primer mundo. Ojalá éste sea nuestro máximo agobio con la niña.)
¿Elegimos por ella o aunque tenga solo año y medio le damos un catálogo para que pida según las fotos como en la acartonada carta de un restaurante chino?
¿O la llevamos directamente a una tienda para que le dé un síndrome de Stendhal y se nos quede aturdida de tanta oferta, como cuando nosotros repasamos las series que nos quedan por ver?
Si recibe juguetes de toda la vida, constructivos, de madera, ¿será una niña antigua que no podrá adaptarse a su tiempo? ¿O si todo tiene luces y sonido tendrá déficit de atención?
¿Perpetuamos la producción clásica y semi-sexista pidiendo sólo juguetes que se muevan en el espectro del rosa y en la temática maternal y hogareña? ¿O casualmente "ella" decidirá pedir muñecos de Star Wars y Marvel que también me gustan a mí?
Si un cochecito o un muñeco bebé la pueden condicionar patriarcalmente de que las mujeres sólo pueden ser felices en la maternidad y crianza, tampoco queremos transmitirle que sólo se es feliz combatiendo al Imperio o luchando cuerpo a cuerpo a lo Wonder Woman. (Aunque en nuestro caso somos muy felices con la crianza y Star Wars)
¿Cuántos regalos son buenos para niños menores de dos años?
Si se la satura con demasiados paquetes, ¿los sabrá apreciar o se volverá una superficial que no valorará nada? ¿Tendremos una ni-ni o tronista en potencia?
¿Intentamos que se compren en pequeño comercio de proximidad para contribuir a que las tiendas de toda la vida sigan abiertas y las franquicias no devoren nuestra identidad? ¿O somos prácticos y ahorradores y lo pedimos por internet al que lo ofrezca más barato y/o lo mande a casa a tiempo? Hacer cola en tiendas abarrotadas no fomenta precisamente el espíritu navideño de paz y amor.
Suerte que de todo eso ya se encargan los Reyes Magos y nosotros sólo tenemos que poner los zapatos. Claro que... ¿qué les dejamos de picar? ¿La leche y galletas de siempre o ahora tiene que ser sin lactosa y galletas integrales? ¿O mejor una botella de agua? Porque café o licor no, que luego irán como una moto o tendrán que parar a orinar muchas veces y quizá no llegan a tiempo de repartirlo todo.
¡Cuánto estrés!
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