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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

África occidental se sube al tren de las nuevas tecnologías

Proyectos de Costa de Marfil, Benín y Senegal intentan mejorar la vida de la región y el continente

Mesa de casos de éxito en el sector tecnológico en África.Vídeo: Casa África
Ángeles Jurado

“Las nuevas tecnologías de la información son un medio excelente para permitir a todos los ciudadanos convertirse en propietarios de su propia empresa”, arranca con optimismo Idriss Martial Monthe, un emprendedor. “Los costes para la creación de empresas de este ramo son bajos, no necesita una inversión alta y puede ser una buena palanca para crearlas, y empleos y así luchar contra el paro".

Monthe participó en el Foro de Tech Hubs España África que Casa África organizó a principios de noviembre en Las Palmas de Gran Canaria. Llegaba bajo el paraguas de la organización Akendewa, de Costa de Marfil, y presentaba su proyecto Cinetpay, una iniciativa con voluntad panafricana, que se dirige a los millones de ciudadanos del continente que no tienen cuenta ni tarjeta bancaria, pero que quieren hacer compras en Internet.

Con 300 comerciantes como socios y 12.000 transacciones en el curriculum, Cinetpay ha generado ya más de 200.000 euros en negocios durante sus 18 meses de vida. Su intención es trascender los casi siete millones de marfileños con dinero móvil para llegar a los casi 100 millones de africanos que se manejan financieramente con esta opción y que llegarán a los 250 millones en apenas tres años.

"A día de hoy, con un ordenador, una conexión a internet, una página en Facebook y una página de aterrizaje, podemos tener una empresa y contribuir a la riqueza en nuestro país", dice Monthe. "También es una oportunidad para la juventud de formarse a bajo coste, con los cursos en línea. Así, los jóvenes de países en vías de desarrollo pueden tener acceso a una formación de muy buena calidad de forma virtual.

Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) constituyen también un excelente medio para reducir el desempleo entre las mujeres. Con esa formación, un ordenador y una conexión, pueden crear su propia empresa y manejarla incluso desde casa. Permiten a los agricultores aumentar su productividad con medios tecnológicos para la gestión, la previsión y las nuevas técnicas agrícolas. Comercializar mejor sus productos y conocer en tiempo real los precios de su cosecha. Además, las TIC son un medio de expresión democrática con la web 2.0: todo ciudadano puede hacerse oír, dar su opinión y contribuir a la vida política de su país. África perdió el tren de la industrialización, pero no debe perder el tren numérico y de la transformación digital”.

Cyriac Gbogou y Antoine Mian, dos "vacas sagradas" de las TIC en Costa de Marfil, en Ovillage.
Cyriac Gbogou y Antoine Mian, dos "vacas sagradas" de las TIC en Costa de Marfil, en Ovillage.Ángeles Jurado

A Monthe lo acompañaba Bi Touvoly Donatien Foua, un emprendedor que ha creado una aplicación que ayuda a los jóvenes a encontrar trabajo fácilmente vía mensaje sms, con o sin internet. Foua comentó que alcanzan los 12.000 usuarios tras tres meses de funcionamiento, aunque la comunidad Kalejob llega a los 100.000 miembros. Aspira a más: se dirige a los 250 millones de jóvenes desempleados africanos.

Con ellos viajaban Jean-Patrick Ehouman (Akendewa) y Emmanuel Henao (Jokkolabs) y completaba la representación del sector de África occidental y francófona un joven beninés, Jimmy Kumako, instalado en Dakar y que también presentaba un proyecto panafricano, CoinAfrique. CoinAfrique es una plataforma al estilo Wallapop o Vibbo que conecta a compradores y vendedores y que pretende convertirse en el lugar de negocios online para todo el continente. "En África, tienes que ofrecer algo simple para que la gente pueda usarlo", afirmó Kumako. "La gente se enfrenta a muchos desafíos, como el acceso a Internet, así que cuando creamos CoinAfrique lo tuvimos en mente. Algo simple y genial para contextos africanos".

En la misma línea de pensamiento, opinó que no les hacen falta aplicaciones móviles, Internet de las cosas o las últimas novedades del mercado: con buenas soluciones sms y USSD (servicio de envío de datos móviles), el innovador africano medio puede hacer maravillas en los terrenos de la salud, la agricultura o la educación. Aun reconociendo la importancia de la tecnología, Kumako subrayó su carácter facilitador y la simplicidad como mantra. 

Soluciones y necesidades africanas

Ángeles Jurado

"Akendewa era, básicamente, una comunidad de gente enamorada de la tecnología", explica Jean-Patrick Ehouman (Aboisso, Costa de Marfil, 1981). "Evolucionó hacia un espacio de coworking, después una incubadora de empresas y ahora es un tech hub social. Nos centramos en usar la tecnología para mejorar las vida de las personas, vía educación, aplicaciones para móviles con funciones sociales y también contenidos".

Ehouman se enfrenta a una cámara en la terraza de Casa África, bajo un cielo plomizo que amenaza con abrirse sobre su cabeza para descargar un pequeño diluvio. Es uno de los invitados del Forum de Tech Hubs España-África. Llegó desde Costa de Marfil a Canarias para exponer dos casos de éxito en Akendewa: Kalejob y CinetPay.

Retraso

Si se habla del retraso secular de África en lo que respecta a nuevas tecnologías, hay diferentes grados en la profundidad de esa brecha digital que la separa del mundo.

Mientras que la región magrebí y del norte o el sureste africano acreditan una tradición tecnológica más estable y mayores avances, el oeste francófono parece ejercer de rémora de sus hermanos mayores y del planeta. Quizás más por falta de convencimiento de los posibles inversores y una cierta lentitud de reflejos en algunos gobiernos que por otra razón, puesto que el talento y las ganas ya están allí.

Según Kumako, Senegal está ejerciendo de guía en temas tecnológicos para la zona occidental de África. De hecho, acaba de anunciar que lanzará este año su divisa digital, el eCFA.

El experto panafricano Marcus Ibuka Ndjoli opina que las start ups del África francófona no despegan porque no existen ecosistemas tecnológicos fuertes e integrados en los que prosperar. Y continúa añadiendo obstáculos al negar la existencia de un espíritu de colaboración y trabajo en equipo, mentores, profesionales preparados y fondos. También afirma que se piensa muy localmente, algo que capa las posibilidades de crecer y condena las iniciativas empresariales tecnológicas a extinguirse.

En el otro lado de la balanza, Afropreneur es un documental que retrata el sector tecnológico de África francófona a través de las voces de unos 60 emprendedores, directores de incubadoras y miembros de instituciones públicas y grandes empresas. Lo hace describiendo un terreno en plena efervescencia, prometedor y fascinante, que se enfrenta a múltiples y muy específicos desafíos, como la falta de personal cualificado, créditos bancarios y fondos e infraestructuras deficientes. Dakar, Abiyán, Brazzaville, Lomé, Duala y Cotonú figuran en esta obra concebida por techofafrica y que se rueda y monta desde 2013 gracias a una campaña de crowdfunding.

Se presentó en noviembre del año pasado en Francia, antes de comenzar una gira por los países donde se concibió.

Desafíos y oportunidades

"Quedan muchas cosas por hacer y que deben hacer las start ups locales", continuaba Monthe vía correo electrónico desde Abiyán. "Pero es necesario que los jóvenes se pongan a trabajar, perseveren y sean pacientes. En Costa de Marfil, muchos sectores no están todavía informatizados y es necesario que los emprendedores tomen la iniciativa, a pesar de que las condiciones sean difíciles, para proponer soluciones al país".

Monthe coincidió con expertos como Antoine Mian o la gurú Ory Okolloh en que los gobiernos utilizan a emprendedores y TIC como pretexto para la inacción en el territorio de la creación de empleo, pero también señaló que el Estado no puede contratar a todo el mundo y que el emprendimiento representa una "auténtica oportunidad para la creación de valor, riqueza y empleos"."Creo que habría que establecer una acción conjunta público-privada en la que los gobiernos instituyan ecosistemas favorables y las condiciones para permitir a los emprendedores innovar y crear la riqueza", apunta.

Al sur del continente, las empresas tecnológicas norteamericanas están arriesgándose a invertir, a contratar local y a instalarse en ciudades africanas. Microsoft lanzó su iniciativa 4 Afrika con el objetivo confeso de empoderar a jóvenes emprendedores, desarrolladores y otros profesionales en el sector de las nuevas tecnologías. Steve Case, fundador de AOL, forma parte de un equipo con su esposa Jean, Generation Investment Management y Sir Richard Branson que apoyan M-KOPA Solar con 19 millones de dólares. Andela atrajo 24 millones de dólares de los Zuckerberg, (fundador de Facebook) trabajando en Lagos y Nairobi, y se fundó con la idea de conseguir que el talento africano se quedara en el continente, creando sus propios negocios sociales. The App Association también se dirigió a los desarrolladores africanos al no tener suficientes en Estados Unidos.

Lejos de la efervescencia y los resultados de los ecosistemas keniano y nigeriano, la embajada de Estados Unidos en Abiyán también investiga e invierte en el sector. A mediados del año pasado, lanzó una iniciativa para inscribir a 40 chicas en su campus gratuito de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. Es sólo uno de los proyectos con los que intenta captar y desarrollar talento local.

La exmetrópoli también explora ciudades como Abiyán para potenciar su sector tecnológico a través de iniciativas como French Tech. La Secretaria de Estado Numérica de Francia, Axelle Lamaire, estuvo de gira por Costa de Marfil a principios de septiembre de 2015, coincidiendo con un foro de Le Monde en el que participó con empresarios y periodistas de su país. Durante su estancia en Costa de Marfil, realizó visitas encaminadas a identificar espacios innovadores como Ovillage y mantuvo reuniones con los actores claves de las TIC en el país. La entrada de start ups francesas en la excolonia, a través de una incubadora, era una de las vías de trabajo de las que habló Lamaire en la tribuna del periódico galo.

Dejando a un lado algunos gobiernos extranjeros, las empresas tecnológicas, sobre todo en el área de las telecomunicaciones (desde Orange hasta Huawei), son las mayores inversoras en el sector en África occidental. Se dan rarezas: el nigeriano Tony Elemelu está financiando la innovación en el oeste africano.

Sólo quedan por llegar los gobiernos locales...

“El ecosistema tecnológico de Costa de Marfil es sorprendente”, precisó al respecto Jean-Patrick Ehouman en Las Palmas de Gran Canaria. “Hay muchísimos usuarios de Facebook y ciberactivistas. Pero lo que queremos conseguir ahora es más start ups que creen riqueza y empleos, que indiquen al gobierno que tiene que centrarse en ellas. De momento, se enfocan en infraestructuras y grandes compañías extranjeras, pero mi mensaje es que se centren en lo que pasa a nivel local, porque algo increíble puede suceder en cualquier momento.

Ahora, los socios extranjeros son los que están más interesados en lo que hacemos, porque investigan y quieren saber lo que pasa en nuestro país y en nuestro continente. Akendewa tiene mucho apoyo del gobierno estadounidense, a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), sobre todo porque fui uno de los primeros escogidos para el programa del presidente Barack Obama para jóvenes líderes africanos. Toda esta atención desde el exterior hace que el gobierno marfileño intente ahora comprender lo que hacemos”.

Jimmy Kumako explica CoinAfrique.Vídeo: Casa África

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Sobre la firma

Ángeles Jurado
Escritora y periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África. Coordinadora de 'Doce relatos urbanos', traduce autores africanos (cuentos de Nii Ayikwei Parkes y Edwige Dro y la novela Camarada Papá, de Armand Gauz, con Pedro Suárez) y prologa novelas de autoras africanas (Amanecía, de Fatou Keita, y Nubes de lluvia, de Bessie Head).

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