Salud visual en zonas rurales
Un oftalmólogo para 20.000 personas en Camerún. La historia de Yannick
Yannick Bilong tiene 33 años y es uno de los 100 oftalmólogos titulados que hay en todo Camerún, un país de 23 millones de personas. Es también uno de los 30 oftalmólogos especializados en cirugía del país, y quizá uno de los únicos que se ha trasladado a la selva para ver de primera mano los problemas de visión que tiene la población rural, sin acceso a salud visual.
Yannick trabaja como asistente de oftalmología en la universidad de Yaundé. Para poder llegar hasta aquí ha recorrido un largo camino: tres años de medicina general, dos años de prácticas, cuatro años de especialidad en oftalmología y un año de especialidad en cirugía. “Los estudios duran mucho tiempo, es por eso que muchos estudiantes no llegan a terminar la carrera, sobre todo por falta de medios económicos”.
Siempre supo que quería dedicarse a la cirugía y la medicina interna, aunque fue el destino el que marcó su futuro. “Comencé la especialización en ginecología, pero la primera paciente que traté era seropositiva y tuve que afrontar un tratamiento contra el VIH. Decidí entonces abandonar mi sueño y especializarme en un profesión en la que no tuviera que estar en contacto con la sangre”.
Sobre sus hombros lleva también un gabinete donde atiende a todo aquel que necesite ayuda. “En Camerún la gente no tiene dinero, con que me siento contento si puedo ayudar a solucionar la vida de las personas”. Y es que en Camerún, sólo es posible encontrar un oftalmólogo en las ciudades, a un precio muchas veces inalcanzable para la mayoría de población. ¿salario medio? “Un operación de cataratas en Yaundé, la capital del país, suele costar entre 20.000 y 25.000 francos CFA (30-38 euros), pero hay operaciones que llegan hasta las 55.000 CFA (83 euros)”.
En Camerún, la carrera de oftalmología es una de las recién nacidas hace pocos años, impartidas en la universidad por profesores extranjeros, pese a que la primera sociedad camerunesa de oftalmólogos se constituyó en 1983. Aunque no hay datos oficiales, Yannick afirma que muchos de los jóvenes titulados deciden abandonar el país y labrarse un futuro en Europa. “Muchos de mis amigos han emigrado ya que ganan más dinero fuera que en Camerún, aunque ganar 4.000 euros en Francia y 1.600 CFA en Camerún para mí, al final, es lo mismo”.
Yannick también recibió una oferta de empleo para ir a Francia; sin embargo, ha sido de los pocos que han decidido quedarse. “Creo que hay muchas cosas que puedo hacer en mi país, podría valer y trabajar en muchos países pero aquí puedo llegar a convertirme en profesor de universidad, transmitir conocimientos y formar a los más jóvenes”.
Sin acceso a la salud visual en las zonas rurales
En un mes, Yannick ha llegado a operar a 286 personas. Además, dos veces por semana, se traslada a la selva para realizar campañas de salud e identificación de pacientes en las zonas rurales. Sin embargo, es la primera vez que visita la región de Minton, siguiendo la carretera que llega hasta el Congo. Junto a su asistente, Charly Amogo, ha recorrido ocho pueblos de pigmeos bakas junto a la ONGD Zerca y Lejos que sobreviven por adaptarse a la civilización. Unos pueblos donde viven alrededor de 300 personas donde el acceso a la educación, agua potable y sanidad aún es un sueño para sus habitantes cuya mayoría de edad está en los 50 años. “No conocía a la etnia baka hasta que no la he visto, creo que podremos trabajar con ellos con los medios adecuados. La gente de los pueblos necesita gafas y sobretodo, operarse de cataratas”.
Si Yannick no hubiera visitado estos pueblos, las personas afectadas no tendrían acceso a la salud visual. Una falta de acceso a la salud visual que no sorprende en un país donde sólo 4 de cada diez personas tienen acceso a una estructura sanitaria. “De momento, la única manera de operarles será llevarles a una ciudad cercana”. Según datos oficiales, el gasto en salud corresponde al 4,26% del gasto público oficial de Camerún, lo que se traduce en unos 10 euros por persona al año. Por cada 20.000 habitantes, sólo existe un profesional de la visión.
En un futuro, Yannick espera poder abordar los problemas primarios de los pacientes como son los cataratas, investigar sobre la atención primaria e intentar prevenir antes de curar. “Me gustaría especializarme en salud pública ocular. Nací con problemas de miopía, en el colegio me castigaban muchas veces porque no veía la pizarra. Por eso me gustaría mejorar la salud pública de la población”.
Pese a la realidad en el acceso a la sanidad de la población camerunesa, donde 50,6% de la población vive por debajo de 2 €/día y 17,1 % lo hace con menos de 1 €/día, Yannick está seguro de un futuro diferente gracias a una generación formada de jóvenes universitarios. “La generación de cirujanos jóvenes estamos concienciados del acceso a la sanidad en las zonas rurales. Debemos formar a las personas para crear una estructura primaria que permita una operación a cualquier persona que la necesite”.
María Martín es periodista especializada en Información Internacional y Países del Sur y responsable de Comunicación de la ONGD Zerca y Lejos
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