Estrellas que han perdido el norte: los caprichos más extravagantes de 2016
Rihanna, Neymar, Mark Zuckerberg, Gareth Bale, Julia Roberts... Este año han demostrado por qué son famosos y tú no
Termina otro año, y con él una nueva oportunidad de las estrellas para sacarse de la manga exigencias insólitas que nos recuerdan que, efectivamente, son estrellas. Como si de una competición se tratase, cantantes, actores y deportistas han quemado dinero (el suyo y, en algunas ocasiones, el de los demás) y han mantenido entretenidos a sus fans.
Limitarse a pedir comida es demasiado vulgar, así que las estrellas reclaman todo tipo de lujos como si quisieran poner a prueba la paciencia de sus súbditos: Britney Spears se conforma con productos atestados de azúcar industrial, doritos y ensalada de patatas; la actriz Shailene Woodley se niega a tocar ningún recipiente de plástico; Beyoncé paga a dos fornidos señores para que la bajen del escenario haciendo la sillita de la reina; y Marilyn Manson, una vez superada la etapa en la que solicitaba la compañía de una prostituta calva y sin dientes, es feliz con una bolsita de gominolas. Pero este año hemos descubierto muchas más exigencias, tantas como famosos hay en el mundo, y tantas como sus esbirros estén dispuestos a tolerar.
Si Adele quiere una pizza, échate a temblar
La cantante favorita de planeta, Adele (Tottenham, 28 años) se alojó este verano en el resort de lujo Soho Farmhouse (Oxfordshire, sureste de Inglaterra), donde los trabajadores jamás niegan a sus invitados ninguna de sus peticiones. Así que cuando a la estrella le entró hambre, decidió aprovecharse de esta política de servicio. Le apetecía una pizza, y aunque el gerente le aseguro que sus cocinas estaban equipadas con fabulosos hornos de leña que podían prepararle una pizza artesana a su gusto, Adele insistió en que es un animal de costumbres: quería una pizza de su restaurante italiano favorito.
¿El problema? Eran las 11 de la noche y el restaurante en cuestión estaba a 225 kilómetros. "Pues ya estás tardando", debió responder la cantante. Un asistente condujo hasta allí, con tan mala suerte de que para cuando regresó, Adele ya se había quedado dormida y sin cenar. A la mañana siguiente, la cantante se despertó con la pizza aún metida en la caja sobre la mesa de su habitación. Y allí la dejó. Al parecer Adele no es de las que disfrute comiendo pizza fría. Ella se lo pierde.
El avión de Neymar de ocho millones (y su funda de móvil de 5.700 euros)
Cuando los coches de alta gama no son suficiente, el cielo es el límite. Sólo hace falta tener los ocho millones de euros que el futbolista del FC Barcelona Neymar (Sao Paulo, 24 años) pagó este año por un avión modelo Cessna 680. Las excentricidades del internacional brasileño entretienen a la prensa casi tanto como su jogo bonito: que si forzó una quinta tarjeta amarilla para perderse un partido contra el Eibar y así poder asistir al cumpleaños de su hermana, que si ha tanteado al Paris Saint Germain para que le pague 26 millones por temporada (frente a los siete que cobra actualmente en el Barça) o que si su teléfono móvil lleva una carcasa de oro de 24 quilates valorada en 5.700 euros.
Justin Bieber: ni me dirijas la palabra ni pongas música de Selena Gomez
Fotografiar a una de las mayores estrellas musicales del momento es un sueño para cualquiera, pero Justin Bieber (Canadá, 22 años) se asegurará de que se convierta en una pesadilla. Antes de la sesión de fotos, el equipo debe firmar un acuerdo que estipula que el cantante tendrá a su disposición té de hierbas, comida india, verduras, pescado sueco y un surtido del snack americano Ritz Bitz, tanto de sabor queso como de crema de cacahuete. Nadie podrá poner música de su exnovia Selena Gomez (pongan los móviles en silencio por si acaso) y cualquier cosa que tengan que decirle pasará a través de su agente: está prohibido dirigirse a Justin directamente. Y viendo cómo le dejó la cara al fan desbocado que metió la cabeza en su limusina, más vale no llevarle la contraria a Bieber.
Mark Zuckerberg: me gasto 30 millones en cuatro casas y luego las tiro abajo
Gastar los 51.600 millones de euros que el creador de Facebook, de 32 años, guarda en el banco no es tarea fácil. Zuckerberg, que el año pasado donó el 99% de las acciones de Facebook (valoradas en 43 millones de euros) a la beneficencia, no es el típico millonario manirroto, pero como hombre pudiente también tiene sus manías. Después de todo, siguen quedándole 51.557 millones en la cartilla de ahorros.
El programador informático ha comprado cuatro casas colindantes a su residencia familiar, por las que pagó 30 millones de euros, con el único fin de destruirlas para crear un terreno alrededor de su casa que le aporte más privacidad. Pero esto no es todo: Zuckerberg decidió pagar por una de ellas 14 millones cuando ésta estaba valorada únicamente en 3 millones. Suerte para el propietario. Además, ha creado Jarvis, un sistema de asistencia virtual para su casa basado en inteligencia artificial capaz de hacer cosas como enseñar mandarín a su hija o regular la temperatura de la habitación. Y, la mejor parte viene ahora: este servicio de asistencia digital cuenta con la apaciguadora voz de Morgan Freeman. Diseñarlo en sus ratos muertos sólo le llevó 150 horas. "Terminó siendo mucho menos tiempo del que creía", ha dicho Mark.
El perro de Paris Hilton duerme en una cama de Louis Vuitton
Cuando uno tiene el día tonto se compra un solomillo para cenar o una botella de vino caro. Cuando Paris (EE UU, 35 años) tiene un día tonto se compra un perro de 13.000 dólares (sí, haz cálculos: 12.400 euros). La multimillonaria heredera, DJ y empresaria tiene 35 mascotas en casa, entre ellas ocho perros que caben en el neceser más pequeño y que combina con maestría según su indumentaria. Su última adquisición ha sido un cachorro de pomerania (esa raza que tiene ese pelo fino que parece haber recibido un electroshock) miniatura al que ha puesto un nombre a la altura de la fortuna que ha desembolsado por él: Prince Hilton. El nuevo miembro de la camada duerme, junto a sus siete compañeros, en la mini mansión que Paris mandó construir en el jardín de su casa. La lujosa residencia canina está amueblada con camas de Louis Vuitton y tuvo que pagar por ella más de 300.000 euros.
Gareth Bale alquila una isla de Ibiza para declararse
¿Hay algo más romántico que pedirle matrimonio a tu chica en plena celebración de tu cumpleaños? Sí: hacerlo en una isla privada reservada para la ocasión. El jugador del Real Madrid Gareth Bale (Cardiff, 27 años) alquiló este verano el islote ibicenco Tagomago (1,5 kilómetros de longitud y 113 metros de anchura) por medio millón de euros. La estancia incluyó un servicio disponible a todas horas de dos cocineros, dos asistentes, un mayordomo personal, un mecánico, un jardinero y un capitán de barco. Varios amigos de la pareja y sus dos hijas presenciaron el evento. Y por si queda alguna duda, ella dijo que sí.
Jared 'The Joker' Leto envía animales muertos a sus compañeros de reparto
El intérprete, cantante y personaje Jared Leto (Luisiana, EE UU, 44 años) se considera por encima de todo un actor de método. Por eso para abordar su trabajo como el Joker en El escuadrón suicida (2016), apostó por sumergirse en la perturbada psicología del villano y llevársela cada mañana al rodaje. Esta actitud despertó una simpatía regular entre sus compañeros, que aseguran que nunca conocieron al verdadero Jared, y que no se comunicaba con ellos excepto para enviarles animales muertos, condones usados y juguetes sexuales. El comportamiento de Leto consiguió que las exigencias de otro de los protagonistas, Will Smith, pareciesen inofensivas. Smith propuso que su guionista de confianza reescribiera la película para reducir la importancia del resto de personajes y potenciar la de Smith. Pero las extravagancias de Leto lo superaron todo. Por cierto, durante la promoción de la película, las múltiples selfies del reparto nunca incluían a Jared Leto.
El bar de los Rolling Stones está 24 horas abierto
Los cuatro tienen edad para refugiarse en la cama con una bolsa de agua caliente tras cada concierto, pero siguen corriéndose juergas como si estuvieran en los 70. Durante su gira de 2016, los Rolling exigen que el bar de su hotel se mantenga abierto las 24 horas, porque nunca saben cuándo les entrará sed. Su contrato también solicita que las ventanas de sus habitaciones estén tintadas, un surtido infinito de Marlboro Lights y, como una buena juerga no lo es hasta que alguien no derrama una copa, un servicio de tintorería disponible a cualquier hora del día.
Sin embargo, la edad no perdona, y con tanta fiesta sus satánicas majestades no han tenido tiempo de actualizarse al siglo XXI. Por eso piden que un asistente les ayude cada vez que tienen problemas para usar aparatos tecnológicos, como cualquier abuelo en apuros.
La orgía de cheetos de Rihanna
Rihanna (Barbados, 28 años) pasó este año por The Ellen Show, de la gran Ellen DeGeneres. La presentadora no pudo resistirse a preguntarle a la cantante acerca del delicioso menú que pidió como condición para aparecer en el programa. La orgía de carbohidratos incluía: cheetos normales, cheetos picantes, cereales Golden Grahams, oreos, cereales surtidos, tallarines instantáneos, vino tinto, refrescos (¿kalimocho?), vino blanco, vodka, Frapuccinos de Starbucks y aceitunas negras en aceite de ajo.
La respuesta de Rihanna fue tan sincera que resulta inevitable ponerse de su parte. "Me gusta estar preparada: nunca sé lo que me va a apetecer en cada momento", dijo. Sus exigencias, además de comprensibles y deliciosas, son perfectamente accesibles y baratas. Pero cuando se trata de la ropa de cama que pide para los hoteles, la estrella se pone un poco más fina (o todo lo contrario): una alfombra con estampado de leopardo mullida para tumbarse en el suelo, cortinas oscuras con gasas azul claro engarzadas y almohadas con estampado de leopardo, pero "bajo ningún concepto con lentejuelas". Quizá Rihanna tema que el personal del hotel asuma, con razón, que le encanta el brillo.
Shania Twain, el terror de los botones de hotel
Igual ahora no os suena mucho, pero Shanai Twain (Canadá, 51 años) es la autora del sexto disco más vendido de la historia (Come on over, 1997). La diva lleva 14 años sin sacar un disco, pero eso no va a impedir que se siga comportando como una estrella, porque siempre habrá alguien dispuesto a satisfacer sus exigencias. Estas incluyen siete aparatos humidificadores (para mantener hidratada su garganta en todo momento), seis opciones distintas de menú ovolactovegetariano (nada de animales, pero los huevos y los lácteos sí están permitidos), un ramo de flores blancas en cada estancia de la suite que bajo ningún concepto puede ser de lirios, velas orgánicas perfumadas con aroma a cítricos, lavanda o uva, y un asistente personal que ha de estar en el hotel 24 horas antes que ella para asegurarse de que todas estas condiciones estén preparadas a su gusto. Con estas exigencias, la verdad es que cuesta imaginársela rebajándose a dirigirle la palabra al recepcionista.
Lindsay Lohan exige reunirse con Putin
La relación de la actriz americana Lindsay Lohan (Nueva York, 30 años) con Egor Tarabasov, de 23 años, quedó truncada por el carácter violento del millonario playboy ruso patente en un vídeo que dio la vuelta al mundo. Cuando el presentador ruso Pust Govoryat invitó a Lohan a su programa, en Rusia, para hablar de la ruptura, ella puso como condición viajar en un avión privado donde pudiesen peinarla, maquillarla y hacerle la manicura. Además, exigió un visado ruso con validez de un año, alojamiento en la mejor suite del Ritz-Carlton y, lo mejor de todo, una reunión privada con el presidente Vladimir Putin.
Si la habitación de Jay-Z no está a 21,5 grados, todos a cubierto
Puede que el rapero Jay-Z (marido de Beyoncé) sea el tipo más duro de Brooklyn, pero cuando se trata de la temperatura, no le gustan los extremos: su habitación debe estar a 21,5 grados en todo momento. Ojo si está a 21,3, porque el músico puede encolerizar. Su contrato también estipula que hay dos cosas que nadie puede hacer: pasar la aspiradora lo suficientemente cerca para que él tenga que oírla y pedirle entradas para sus conciertos. Su intención es "evitar situaciones incómodas".
En cuanto a la bebida, el rapero sólo quiere champán de la marca Ace of Spades, que no se incluirá en la factura porque él es el dueño de la empresa. La cosa se complica si Jay-Z viaja con su hija, Blue Ivy, cuya habitación no debe tener decoración, lámparas o cualquier objeto con el que la niña pueda chocarse. La temperatura de la habitación de Blue Ivy no queda especificada en el contrato, pero la bebida sí: exclusivamente leche orgánica. Al parecer Beyoncé no viaja con el sacaleches, ni es prolactancia.
Las comilonas de carne regadas con vino de Nicki Minaj
La rapera de moda, Nicki Minaj (Puerto España, 33 años), se preocupa mucho por su alimentación, tanto que su lista de exigencias cubre todo el proceso, de principio a fin. En su habitación de hotel no puede faltar un menú compuesto por 12 piezas de pollo frito, dos costillas de cerdo muy hechas, cuatro botellas de su propia marca de vino (MYX Fusion Muscato) y cuatro minibotellas de Chardonnay. Horas después, Minaj necesitará cuatro rollos de papel higiénico "de máxima calidad" y un paquete de toallitas húmedas. Moraleja: hay que viajar preparada.
La pequeña del clan Kardashian la monta en el programa de Ellen DeGeneres
La modelo y hermana pequeña (Los Ángeles, 19 años) del clan Kardashian concedió una entrevista de 10 minutos a la popular presentadora Ellen DeGeneres. Y durante los preparativos le dio tiempo a volver locos a todos los trabajadores del programa. Exigió disponer de los dos camerinos más grandes, uno para ella y otro para su séquito, rechazó a los maquilladores y peluqueros de la cadena y montó en cólera cuando se dio cuenta de que su plaza de aparcamiento estaba a una manzana del estudio de grabación. Para no tener que caminar, pidió que la dejasen en la puerta del programa. Otra de sus condiciones fue vetar cualquier pregunta sobre su rumoreada ruptura con el rapero Tyga. Quizá como venganza a su comportamiento caprichoso, Ellen DeGeneres le preguntó precisamente por ese tema en cuanto comenzó la entrevista.
Cómida para bebés para la banda femenina más exitosa del momento
Probablemente, las estadounidenses Fifth Harmony (que salieron del Factor X de allá) sea la banda femenina más exitosa del momento. No paran de trabajar. Hay que golpear la piñata mientras siga dando caramelos. Su dieta incluye patatas fritas, avena, salmón, pan tostado y yogurt. Pero una de las integrantes, Normani (Atlanta, 20 años), se confiesa adicta a la compota de manzana. "No sé por qué, pero es que me encanta su textura", aclara la cantante, "me recuerda a la comida para bebes. ¡Pero eso no significa que me guste la comida para bebés!". No hacía falta que puntualizase: si la chica quiere compota de manzana, que le den compota de manzana. No es la exigencia más extravagante que hemos oído. Por cierto, Camila ha decidido recientemente dejar el grupo.
El padre de la niña de 'Stranger things' quiere el dinero por delante
"Es importante que Millie no sufra presión", explica el padre de la actriz revelación de la serie Stranger things, Millie Bobby Brown (Marbella, 12 años). Y añade: "Es una niña, tiene deberes y tareas que hacer. Todo lo demás es un extra". Ese extra al que se refiere Robert Brown son los 94.000 euros que ha exigido a cualquier empresa que quiera representar a su hija. El acuerdo habitual en estos casos es que el agente se quede con un 10 % de las ganancias de su estrella representada, nunca pagar dinero por adelantado.
Pero el padre de Millie ya había encontrado un abogado y un relaciones públicas apenas dos semanas después de que Stranger things apareciese en Netflix y el personaje de Eleven (interpretado por su hija Millie) fascinase al mundo entero. Así que está claro que tiene grandes esperanzas en rentabilizar el talento de su hija. Hemos visto historias parecidas muchas veces, y nunca acaban bien. De momento Millie Bobby Brown sigue sin representante. El gremio de los agentes no quiere sentar un precedente y rebajarse a pagar por poder hacer su trabajo: como sucede con la zona azul (pagar por aparcar en la calle) o la comisión de las agencias inmobiliarias (pagarles un mes aunque hayas encontrado tú el piso sin su ayuda), una vez aceptado se convertirá en la norma.
Julia Roberts ordena cambiar las tuberías para que salga ¡agua mineral!
Muchos sólo ven de cerca una botella de agua mineral cuando van a un restaurante, tienen sed y no quieren quedar de tacaños pidiendo una jarra de agua del grifo. No es el caso de Julia Roberts (EE UU, 49 años). La actriz, además de beber únicamente agua mineral, que alterna de vez en cuando con leche de soja, sólo puede bañarse o ducharse con agua mineral. Esta manía trae de cabeza a los productores de cada rodaje en el que trabaja, porque les exige que modifiquen el sistema de tuberías. La actriz asegura que su petición no es baladí: dice necesitarlo para mantener su piel joven. ¿El motivo? El agua mineral contiene átomos dotados de energía Pránica, que influye positivamente en el organismo.
A Mariah Carey le cuesta 10.000 euros cada día de Navidad
Nadie puede echarle en cara a la cantante de 46 años que no se tome en serio la Navidad. Pasar una noche en la navideña mansión que la neoyorquina ha alquilado en Aspen (Colorado, EE UU) a través de Airbnb cuesta 10.000 euros. La casa, de cinco dormitorios, valorada en 22 millones de euros, tiene árboles del tamaño de La Montaña (sí, el forzudo de Juego de tronos) en cada una de las habitaciones, sauna, gimnasio, bodega y acceso directo a la pista de nieve de las montañas altas de Aspen, donde enseña a sus hijos a esquiar. La cantante ha confesado que todo lo hace para que Monroe and Moroccan (los mellizos de 5 años que tuvo junto al rapero Nick Cannon) tengan la blanca Navidad que merecen.
Jack Nicholson exige parar el rodaje para ver a los Lakers
Debe ser muy molesto estar rodando una escena de una película y ver que el actor principal de repente dice: "Lo siento, debo irme, lo pone en mi contrato". ¡Pero si no hemos acabado, Jack! "Da igual, me largo". El actor estadounidense, de 79 años, exige por contrato que se puede escapar en cualquier momento para ver un partido de baloncesto de sus queridos Los Ángeles Lakers. Jack Nicholson paga por su abono a pie de pista en el Staples Center 100.000 euros al año. La butaca en la que se sienta lleva su nombre y, si por algún motivo -circunstancia que no suele darse-, no puede ir al partido, no permite que nadie se siente en ella. Eso sí que es ser un hooligan.
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