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Pedra de Guix 2014, un soplo de lebeche en la copa

Leandre Escorsell

EL NOMBRE de la bodega no es trivial, Terroir al Límit: Dominik Huber y Jaume Sabater son viñateros apasionados que buscan y cultivan las mejores zonas para cada uva. Y este territorio tiene dos caras y dos almas: la una tinta, la otra blanca. Algunos de sus grandes vinos son blancos, como este Pedra de Guix. Cuando abres la botella, el monte suena a primavera lleno de retama en flor. Hay juncos junto al cauce del río. Huele el vino a barranco y a cañada, a frescura y a verdor en una mañana transparente y soleada. Con los minutos, la sequedad y el equilibrio se imponen. Tiene el paso ligero y la fuerza de la insinuación espontánea. Laurel seco. El viento del suroeste llega del mar y regala su humedad: un soplo de lebeche en una cálida tarde de agosto. Laderas de pizarra y hierro, óxido y aceitunas verdes.

Ficha técnica:

Pedra de Guix 2014

Terroir al Límit, DOQ Priorat, con 13% de alcohol y hecho con variedades de uvas blancas características de la tierra: garnacha blanca con pinceladas de pedro ximénez y de macabeo. La fermentación empieza de forma espontánea y sin despalillar la uva. Cuando se prensa, pasa a grandes bocoyes de madera, donde la finaliza y se pule el vino más de 12 meses. Precio: en torno a 50 euros.

Sensaciones

En el alma de Pedra de Guix hay un trazo fino que dibuja un perfil casi goloso, de postre con harina y peras, de membrillos en sazón y de galletas amaretto.

A través del cristal

Tabla y reloj de arena de Jaime Beriestain. Copa de degustación de la serie Attitudes de Cristal de Sèvres.

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