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Bento Rodrigues, un año después de la mayor catastrofe ambiental de Brasil El impacto de la mayor tragedia medioambiental de Brasil, provocada por una riada tóxica que causó 19 muertos, aún es visible un año después en el poblado de Bento Rodrigues, sepultado completamente por el lodo y donde todavía emana agua contaminada La atmósfera en Bento Rodrigues es fantasmagórica, ya nadie vive en este pueblo en ruinas, envuelto en una capa arcillosa que se adhiere a las pocas paredes que quedan en pie tras los siete millones de metros cúbicos de residuos minerales (níquel, sílice y hierro) que cubrieron por completo la localidad. En la imagen, vista de la zona destruida de Bento Rodrigues. YASUYOSHI CHIBA (AFP) El 5 de noviembre de 2015 dos diques de la empresa minera Samarco se rompieron generando una ola de residuos minerales, mezclada con otros 55 millones de metros cúbicos de agua. En la imagen, un grupo de personas representa un acto para conmemorar el primero año de la mayor tragedia medioambiental de Brasil. ANTONIO LACERDA (EFE) La catástrofe ocasionó 19 víctimas mortales, la mayoría en la propia mina y en Bento Rodrigues, que desapareció del mapa, así como daños a lo largo de 650 kilómetros en la cuenca del río Doce y la destrucción de otras localidades pertenecientes al municipio de Mariana, en el estado de Minas Gerais (sureste). En la imagen, la escuela del poblado de Bento Rodrigues, un año después de la tragedia. ANTONIO LACERDA (EFE) Un grupo personas que perdió sus casas y empleos recibe ayuda en un centro humanitario, en Mariana. ANTONIO LACERDA (EFE) "Lo vi todo desde la parte alta de la montaña. Vi el tejado de la Iglesia rodando; el tejado del bar, bailando. Se llevó por delante un tractor mío junto con otras cosas", dice en un entrevista a Efe Paulo Andrés Mendes, antiguo habitante de Bentos. ANTONIO LACERDA (EFE) La catástrofe ocasionó 19 víctimas mortales, la mayoría en la propia mina y en Bento Rodrigues, que desapareció del mapa, así como daños a lo largo de 650 kilómetros en la cuenca del río Doce y la destrucción de otras localidades pertenecientes al municipio de Mariana, en el estado de Minas Gerais (sureste). En la imagen, ruinas de una de las viviendas de Bento Rodrigues. YASUYOSHI CHIBA (AFP) Detalle de un muro en el que se lee "Samarco nos quería matar, pero Jesús nos salvó", en un acto de conmemoración de la tragedia. ANTONIO LACERDA (EFE) Un grupo de personas realiza una protesta durante el primero año de la mayor tragedia medioambiental de Brasil. ANTONIO LACERDA (EFE) Acueductos con los que se sigue extrayendo el agua contaminada en el Río Doce, en el poblado de Bento Rodrigues. ANTONIO LACERDA (EFE) Un año después, las víctimas de Bentos siguen realojadas en su mayoría en la localidad de Mariana, en régimen de alquiler, pagado por Samarco, y con una indemnización mensual de 1.200 reales (unos 370 dólares), que en el caso de Mendes recibe su mujer, pero no él. En la imagen, una casa destruida en el poblado de Bento Rodrigues. ANTONIO LACERDA (EFE) Estas medidas forman parte del acuerdo, firmado el pasado marzo, que estableció el desembolso de cerca de 20.000 millones de reales (unos 6.182 millones de dólares) por parte de las mineras a lo largo de la próxima década. En la imagen, un grupo de personas hacen un acto para conmemorar el primero año de la mayor tragedia medioambiental de Brasil. ANTONIO LACERDA (EFE) Sin embargo, la tragedia está lejos de terminar, pues "todavía continúa derramándose vertido tóxico (procedente de los diques rotos) después de un año" a la cuenca del río Doce, según denuncia a Efe Senisi Rocha, secretario adjunto del Comité de la Cuenca Hidrográfica del Río Doce, una organización de la sociedad civil. YASUYOSHI CHIBA (AFP) Samarco decidió contener los trece millones de metros cúbicos de residuos minerales que aún permanecen en los diques rotos con otro dique, llamado S4, cerca de Bento Rodrigues, al alegar que su retirada total demandaría mucho más tiempo y sería más complejo. En la imagen, un oso de peluche en una casa en el poblado de Bento Rodrigues. ANTONIO LACERDA (EFE) Por el momento, nadie ha rendido cuentas ante la Justicia por este suceso, aunque la Fiscalía brasileña presentó en octubre cargos contra 22 personas y cuatro empresas, entre las que se encuentran Vale y BHP Billiton, acusadas de una tragedia que aún hoy no ha terminado En la imagen, un grupo personas que perdió sus casas y empleos recibe ayuda en un centro humanitario en Mariana. ANTONIO LACERDA (EFE) Una casa destruida en el poblado de Bento Rodrigues. ANTONIO LACERDA (EFE)