El supuesto 'glamour' de vestirse de vagabunda

No lo digo yo, sino Miuccia Prada. En la trastienda de su desfile celebrado el mes de febrero, sirvió la polémica en bandeja de plata. Tras defender el feísmo a muerte en el lujo, o que la quintaesencia del glamour es que lo caro parezca "malo", apostó en su colección para este otoño por una mujer vagabunda... pero con matices.

La frase "a woman vagabonds through life", encendió las voces de la —ya cuestionada— moralidad en la moda. Pero, si leemos en todo su contexto, se entiende que las palabras de la diseñadora son una licencia de léxico más que una exaltación de la estética "sin techo". Y es que Miuccia describe a una exploradora del tiempo, decadente y libre, más que a una mujer sin recursos resignada a tomar la calle.

A la ropa me remito: estolas de piel, chaquetas técnicas, estampados orientales... La verdad, no coincide mucho con la estampa homeless que tenemos en mente. Pero en esa búsqueda de inspiración, los diseñadores nos llevan ahora a lugares tan insólitos como un todo a cien o un súper (léase el bolso Bazar de Balenciaga de 1,3 mil euros o un suéter de Anya Hindmarch con el logo de Carrefour).

¿Cuál es la diferencia entre eso y llevar vaqueros deshilachados de Marques' Almeida y chanclas de goma de Rihanna de tres cifras? Yo lo tengo claro: tomen nota de estilo, por si acaso, cuando hagan la compra.