Si no gritas no eres nadie
Hace tiempo que la política perdió su fondo, su identidad, quizá también su dirección. Ahora se llevan los juicios repletos de dirigentes con los bolsillos repletos. Son novedad los comités federales que terminan con lágrimas. Quizá el límite sea inexistente y la frontera de los valores morales se haya disipado al mismo ritmo que lo hace la credibilidad. No se engañen, la dialéctica no está de moda, sí ser autoritario. Es tendencia la banalidad, los discursos repletos de reproches y rencor político. Quizá el Hemiciclo ya no sea un lugar para debatir, intercambiar posturas de altura o escuchar la palabra del adversario. Tampoco se llevan los pactos ni los acuerdos. Sí los tuits vacíos de contenido con ausencia de sentido. Ahora si no gritas en una tertulia para imponer tu voluntad no eres nada ni nadie. La democracia ha (r)evolucionado agitando los cimientos de la franqueza y nobleza política.
Comienza una nueva legislatura. Reflexionemos. Hagamos punto y aparte.— David Cifuentes Galicia. Madrid.
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