Emigrantes latinoamericanos en España: un futuro en el aire
El envío de remesas de los latinoamericanos con frecuencia pone en peligro su seguridad económica
En Ecuador, más de la mitad de los mayores de 60 años viven en condiciones de pobreza y carecen de ahorros adecuados para su retiro. Para muchos miembros de esa generación, una fuente de ingresos sumamente importante es el dinero reciben cada mes de los casi medio millón de ecuatorianos que viven y trabajan en España. En cierto modo, estos migrantes son su plan de jubilación. Desde el 2000, España ha sido un destino atractivo para los migrantes latinoamericanos. En su punto álgido, antes de la de la crisis financiera del 2008, más de 2,4 millones de migrantes de origen latinoamericano vivían en España. A pesar de una integración exitosa en la sociedad española, las relaciones económicas de los migrantes con sus mayores en los países de su origen pueden tener importantes implicaciones tanto para el futuro de las remesas a América Latina, como para la seguridad económica de estos migrantes en España, los cuales representan a casi el 5% de la población española.
Un estudio reciente, liderado por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo y elaborado por la empresa Novadays en cooperación con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) encuestó a migrantes procedentes de seis países latinoamericanos que viven en Cataluña, Valencia y Madrid. El estudio revela indicios importantes de la integración de los inmigrantes en la sociedad española, incluyendo un aumento del 25% en el número de migrantes que cuentan con la ciudadanía española en comparación con datos comparables de 2011. En promedio, los migrantes encuestados han vivido en España desde hace una década o más, y han tenido éxito ya sea en la reunificación de sus familias en sus nuevos hogares, o en formar una familia en España durante ese periodo. La mayoría de los encuestados reportan tener parejas e hijos que viven en España; sólo el 19% reporta tener hijos que se quedaron en su país de origen, y menos aún, el 5%, tienen un cónyuge que permaneció en su país de origen.
Los patrones del envío de remesas, el 69% de los encuestados las envían, reproducen las dinámicas familiares. De aquellos migrantes que participaron en el estudio y envían remesas, el 62% envían dinero a sus padres y el 34% envían remesas a sus hermanos. Sólo el 15% envían dinero a sus niños que se quedaron en su país de origen. Esto es un reflejo de los problemas de ahorro y envejecimiento de la población en América Latina, donde seis de cada diez personas no están ahorrando para la jubilación. Las bajas tasas de ahorro, y del ahorro para el retiro, son más frecuentes entre los hogares de bajos ingresos y entre los que trabajan en el sector informal, y por tanto sin aportaciones a su pensión deducidas de una nómina. A menudo, el bienestar de estas familias en América Latina depende para su bienestar de un hijo o una hija que trabaja en el extranjero. Para estos padres y madres de edad avanzada al otro lado del Atlántico, las remesas son un salvavidas que permite afrontar problemas de salud y falta de ahorros e ingresos.
Los migrantes latinoamericanos a menudo dependen de empleos de baja remuneración
¿Cómo van a afectar estas tendencias a los que viven y trabajan en España? ¿Cómo afecta a su capacidad para obtener seguridad económica a largo plazo para sí mismos? Los migrantes latinoamericanos a menudo dependen de empleos de baja remuneración como el trabajo doméstico, bares y restaurantes y el cuidado de personas mayores y reportan tasas de ahorro más bajas que la población en general. Mientras que un 86% de los inmigrantes latinoamericanos en España posee cuentas bancarias, sólo el 32% reportó usar una cuenta bancaria para ahorrar. Estos migrantes también exhiben menores tasas de propiedad de activos, solamente un 12% posee una casa en España, comparado con un 78% entre la población general.
Si bien estos trabajadores diligentemente apoyan a sus padres y madres que carecen de ahorros adecuados para el retiro en su país de origen, está por ver cómo será la situación financiera de los migrantes en el largo plazo, si podrán acumular activos y ganar seguridad financiera. Esto es clave, ya que los trabajadores migrantes tienen menos probabilidades de cumplir con los requisitos de años de trabajo formal para tener una pensión contributiva.
Está por ver cómo será la situación financiera de los migrantes en el largo plazo, si podrán ganar seguridad financiera
Hay mucho por hacer. En el corto plazo, el sector público y las entidades financieras, pueden colaborar para hacer los canales de envío de remesas más eficientes, facilitando los envíos de dinero a los receptores de remesas en edad avanzada viviendo en América Latina, y promoviendo productos financieros adaptados las necesidades de las familias transnacionales como los pagos directos para los servicios básicos en los países de origen, por ejemplo en servicios de salud. En el largo plazo, el gobierno y las entidades financieras deben promover el ahorro previsional incentivando la acumulación de activos para los migrantes y allanando un camino para su seguridad económica en el país de adopción.
Fermín Vivanco es Especialista Senior del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo y tiene más de 20 años de experiencia trabajando en proyectos de inclusión financiera en América Latina y el Caribe. Rebecca Rouse es Directora de Inclusión Financiera de Innovations for Poverty Action, una organización sin fines de lucro que promueve soluciones eficaces a los problemas globales de pobreza.
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