Hacer ciudad con los ciudadanos
Proyecto Centro histórico abierto de Ecosistema Urbano
¿Cómo hacer ciudad con los ciudadanos? ¿Podemos los ciudadanos cambiar el lugar donde vivimos? ¿Cuándo y cómo definimos la ciudad en la que habitamos? ¿Son suficientes las invitaciones de Ayuntamientos y Colegios de arquitectos para que la población se active y participe en la decisión de la forma y el uso de su ciudad? Tres arquitectas responden a estas preguntas.
Aurora Adalid del colectivo Zuloark: “Los ciudadanos hacemos ciudad con nuestros hábitos de transporte, de consumo, de relacionarnos o de producción. Ser conscientes de que esto es conmutativo y de que las determinaciones del espacio y su organización condicionan nuestro estilo de vida empieza a hacer emerger una figura, como un nuevo derecho civil, que lleva a participar en el diseño de nuestro entorno, el próximo y el que se relaciona con él. Desde esta perspectiva los cómos son muy diversos, pues el grupo de personas con el que tienes que pactar ese diseño va de lo micro a lo macro: desde cómo se organiza tu cocina a cómo se trata el territorio en el lugar que te provee de trigo o los océanos que reciben nuestro plástico”.
Adalid pone como ejemplo al colectivo Colaborabora, que está trabajando con mucha seriedad en un proyecto en la Plaza La Cantera en el barrio San Francisco de Bilbao.
Con su estudio Zuloark trabaja en cómo redactar unos pliegos para el concurso de redacción de un PGO (Plan General de Ordenación) de Llanes en Asturias. Se trata de planificar de forma colaborativa y teniendo en cuenta gran diversidad de agentes, necesidades y valores. “Cambiar las fórmulas de contratación pública integrando la participación activa y la corresponsabilidad dentro del marco de la ley y la transparencia es un proyecto valiente y audaz que puede cambiar la forma de planificar y construir que generaron profundos olvidos y perjuicios”.
Belinda Tato del estudio Ecosistema Urbano: “En el mundo conectado de hoy, en el que los ciudadanos están empoderados y con una enorme capacidad para crear, mediar y actuar, la ciudad es, y debe ser, resultado de una red abierta que permita que el diálogo y la transformación tengan lugar. La ciudad debe ser una plataforma para la experimentación en la que todos tomemos parte.
Este contexto requiere de la definición de nuevas herramientas que permitan una comunicación fluida, creativa y eficaz entre creadores, gestores, ciudadanos o diseñadores. Las herramientas deberían facilitar la incorporación del ciudadano como un agente activo, evitando el paradigma convencional del ciudadano como consumidor-espectador-receptor de un producto finalizado para convertirse en un ciudadano pro-activo.
Los diseñadores y urbanistas estamos testando soluciones y metodologías, pero aún existe un inmenso campo abierto a la exploración”.
Tato cree que la invitación que lanzan algunas ciudades a participar, a través de formularios sobre soluciones concretas, es interesante pero insuficiente, “porque se concreta demasiado, simplificando el discurso y la capacidad de imaginar o soñar nuevos escenarios urbanos”.
En su estudio, Ecosistema Urbano, creen que la implicación debe estar directamente relacionada con el proceso de diseño y el desarrollo técnico. Definen esa participación a partir de cinco objetivos: activación, creatividad, educación, comunicación y consulta. “La participación debe ir acompañada de un proceso de acción y transformación es decir, de proveer de ‘experiencias’ que permitan a la ciudadanía tener una opinión más informada e imaginar otros escenarios posibles. Sería coherente que, ante la transformación de un espacio público que conlleva una inversión económica muy elevada, se realizase un primer testeo de soluciones a través de herramientas sencillas y de bajo coste, que permitieran experimentar el espacio y sus posibilidades”: Habla de cortes de tráfico, de instalar prototipos de mobiliario urbano o de probar nuevos usos temporales.
Su proyecto Encarnación Más, para la ciudad paraguaya de Encarnación ha incluido más de 40 encuentros específicos, implicando a más de 4000 personas para imaginar el futuro de la ciudad. En la ciudad noruega de Hamar realizaron una app, sesiones y talleres temáticos tanto online como in situ y acciones urbanas de transformación “que permitieron a la comunidad ver y experimentar las posibilidades de un espacio que había sido aparcamiento los últimos 50 años”. “Estos prototipos y experiencias facilitan el diálogo, y mejoran la predisposición de los ciudadanos para discutir soluciones. Lo interesante de estos proyectos, más allá de las soluciones urbanas adoptadas, es su componente social: la comunidad que se construye alrededor del proceso y que perdura más allá del mismo, fortaleciendo su identidad urbana y la capacidad de diálogo y co-creación.
Eva Lanxmeer
Margarita Jover (de AldayJover): “Si hacer ciudad significa construir materialmente a la manera de una cooperativa hay un ejemplo fantástico en el barrio sostenible EVA lanxmeer de Culemborg (Holanda) iniciado por una ciudadana: Marleen Kaptein cundo buscaba una manera más sostenible de construir . Si hacer ciudad significa inducir o fomentar el sentimiento de ciudadanía, con derechos y obligaciones, hay muchas maneras, desde la educación hasta la construcción de centros cívicos o espacios públicos, o la puesta en marcha de incentivos culturales y monetarios para la implicación en el dominio publico.
El estudio AldayJover ha trabajado con la ciudadanía de diferentes maneras: preservando el territorio o indagando en su historia y sus usos “y siempre la hemos entendido como 'guardiana del bien publico'.”.
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