Juan José Ballesta y Belén Cuesta, la barra de un bar es puro teatro

DESBORDANTE”, ÉL; “risueña”, ella. “Sin filtros”, él; “buena gente”, ella. “Actorazo”, él; “lo tiene todo”, ella. Y así podríamos seguir hasta el infinito, porque cuando Juan José Ballesta y Belén Cuesta se encuentran, las risas y los halagos no cesan. Se han conocido hace poco, justo para fundirse en la obra de teatro Los tragos de la vida, escrita y dirigida por Daniel Guzmán, ganador del último Goya al mejor director novel, pero rebosan química. Los dos están en un momento dulce de sus carreras: Belén (32 años) en pleno rodaje de La llamada, llevada al cine tras tres años de éxito sobre los escenarios, y Juanjo (29 años) esperando el estreno de Oro, la última producción de Agustín Díaz Yanes y presentando la segunda temporada de la serie de senderismo 80 cm, que emite La 2 de RTVE.

Él, con la intuición de un autodidacta confeso, y ella, con el gusto por el trabajo previo que huye de encorsetamientos, abordan la creación de los personajes de una obra que auguran conectará con el público. “Cada vez que la leo me doy más cuenta del pepino que tenemos entre manos”, sentencia Ballesta. Ambos dijeron que sí a la primera a este proyecto efímero que durante solo cuatro jueves a partir del 6 de octubre les situará cara a cara en la barra de un bar. “Ese lugar donde pasan grandes cosas”, dice Cuesta.

Trabajar con Guzmán y apoyar la promoción de las artes escénicas que subyace en la plataforma Tanqueray Stage –productora del evento– lo han hecho posible. Ambos coinciden en afirmar que en el teatro se demuestra de qué pasta está hecho un actor. Ellos se retan a manifestar la suya en el teatro Infanta Isabel de Madrid.