Leyes antipolución
Idéntico espíritu que impulsó la en su día controvertida pero hoy aplaudida ley antitabaco, debe ahora impulsar otro importante cambio normativo en aras de proteger a la población de la terrible lacra de la contaminación atmosférica derivada básicamente de la combustión generada por el transporte. La ley antitabaco consiguió increíbles resultados en materia de salud y especialmente en la protección del llamado “fumador pasivo”. A la vista de la altísima contaminación atmosférica que padece gran parte de la población —y a la constatación de que tan solo en España ésta arrebata miles de vidas al año—, es imprescindible tomar medidas. Todo ello en pro de la protección de la ciudadanía en general y de los inocentes fumadores pasivos de esta inmensa polución en particular. Siendo el derecho a la vida y a la salud preferente al de ciertas movilidades abusivas y egoístas, habiendo avanzado la tecnología en el campo de la automoción sostenible y teniendo la Administración la poderosa arma fiscal para cambiar ciertos hábitos, no entendería que ésta no actuase diligentemente para solucionar un problema de tan inmenso calibre y prefiriese continuar siendo cómplice de tan dantesco desastre.— Martí Gassiot Garriga. Barcelona.