El nacionalismo
Hay una frase que dice: “Si quieres alegrar la vida, no busques comparaciones”. Esa frase explicaría por qué los nacionalismos hablan de su “identidad” sin hacer comparaciones con las de otros pueblos. Nadie se lo impide; sin embargo, los veo quejosos, en España, en Europa, buscando culpables de no sabemos qué. Es evidente que su identidad no los hace felices. ¿Qué quieren? Hablan de “independencia” o “soberanismo” llamándole “derecho a decidir”. Una nueva religión, y ellos los sumos sacerdotes encargados de escoger el tema para “decidir”. Curiosamente, siempre escogen el mismo. Mientras, la civilización europea está en riesgo y la Unión Europea, con mayor o menor acierto, pretende evitarlo. Los nacionalistas deberían cooperar en ello; pero su misión siempre fue hacer de su patria “una, grande y libre”. Tenemos dos proyectos europeos: el del “derecho a decidir”, demagógico, populista, sin lealtades compartidas, y el democrático, con sus virtudes y defectos. Usted decide.— Ignacio Rodríguez. A Coruña.
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