La renuncia de Soria
¿De verdad creen los señores del Gobierno que la renuncia de Soria termina con el problema? Siguen siendo unos prepotentes, y mentirosos, que pretenden burlarse de los ciudadanos. ¿Que haremos al respecto? ¿Qué harán los señores de los partidos pretendidamente renovadores?— Amparo Moncholi. La Cañada (Valencia).
Si nuestra razón crítica se preocupara por la democracia, lo que más nos indignaría del caso Soria no es el individuo elegido, sino el sistema legal que lo justifica. Es “el concurso”, donde primero se designa “libremente” al candidato y luego se convierten sus características en criterios legales. Pero la indignación no va contra “el concurso” por algo simple: la inmensa mayoría de los que podrían ser sus sepultureros han sido antes sus beneficiarios o aspiran a serlo en un futuro cercano. Tratándose de “concursar” por ocupar una porción del Estado todo se resume en un principio: “podemos” y debemos quitar a los suyos para poner a “los nuestros”.— Antonio Martín Domínguez. Santander.