Jequesa de Qatar y reina del lujo
Mozah, madre del actual emir, está detrás de la propiedad de Balmain y Valentino
Es el rostro más conocido de Qatar. Tres años después de que su marido abdicara del trono, ninguna de las tres esposas del nuevo emir ha logrado arrebatar a Mozah Bint Nasser al Missned su cetro de jequesa del glamur. Aunque insiste en presentarse como promotora de le educación, es su estilo el que se lleva la mayoría de los titulares. De ahí que cuando uno de los brazos inversores de su familia ha comprado la empresa de alta costura francesa Balmain este verano, todas las miradas se han vuelto hacia ella.
Como primera dama del país con la mayor renta per cápita del planeta, la jequesa Mozah rompió estereotipos. Dentro de Qatar, por osar presentarse a cara descubierta, en una región donde es raro que las mujeres de los gobernantes tengan presencia pública y el velo integral está aún muy extendido. Fuera, sus peculiares atuendos en los que combina el imperativo islámico de cubrir cabello y cuerpo, con túnicas y accesorios de corte occidental, le granjearon la atención de las revistas de moda.
“Mi estilo tiene que ser algo que respete la tradición y que a la vez sea moderno y práctico”, describió ella misma a The Financial Times. Esa capacidad para unir tendencias hizo que Vanity Fair la incluyera el año pasado en su lista de mujeres mejor vestidas del mundo, dentro de una categoría propia.
A sus 57 años, la hoy jequesa madre está considerada una de las mayores consumidoras del mundo de alta costura. Pero además de marcar estilo, esta mujer de carácter fuerte y opiniones firmes como demostró en una entrevista con este diario, quiere asegurar que los lazos de su pequeño país con el mundo no se limitan al gas y el petróleo. Al igual que la adquisición de obras de arte por su familia, la compra de firmas de lujo forma parte de una estrategia más amplia para vincular los intereses de los Al Thani a las finanzas internacionales.
En círculos económicos existe la convicción de que la jequesa está personalmente detrás de Mayhoola for Investments, el fondo qatarí que adquirió Balmain el pasado junio. Haciendo honor a su nombre, que significa “desconocido” en la variedad dialectal del árabe qatarí, la compañía no ha revelado el monto de la operación, estimada en 500 millones de euros. El objetivo, según explicó SModa, es que la firma francesa siga la trayectoria meteórica de la italiana Valentino, que el mismo grupo compró junto a M Missoni por 700 millones en 2012 y que desde entonces ha triplicado su facturación.
Mozah aspira a hacer de Qatar un centro de moda por sí mismo, tal como reveló en 2013 con la inauguración de QELA, una marca de lujo integrada en Qatar Luxury Group que ya se ha hecho con la empresa de marroquinería Le Tanneur.
Mayhoola también ha completado este verano la compra de Forall Confezioni, que además de ser dueña de la marca de moda masculina Pal Zileri, tiene la licencia de venta de los accesorios de Moschino y Cerruti 1881. Además, el grupo qatarí tiene una importante participación en el fabricante británico de zapatos y bolsos Anya Hindmarch. Todo ello transmite la impresión de que la jequesa está adueñándose de la alta costura europea.
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