Rita Ora, la sorpresa (mayúscula) de la canonización de Teresa de Calcuta
La cantante, especialista en letras y campañas de contenido erótico, se puso un velo y conmovió en la Basílica de San Pablo Extramuros
Hay una canción de Rita Ora que se llama Body on my (Tu cuerpo sobre mí) que dice: "Quiero dejar este fuego arder/. Solo te pido que tengas la mente abierta/. Nuestros labios apenas están rozándose/. Hazlo otra vez/. Quiero sentir tu cuerpo sobre mí". Hasta ayer mismo todos los seguidores de la cantante interpretaban la letra como una interpelación erótica. Igual a partir de ahora hay que concluir que es una letra de contenido místico. Una "experiencia religiosa", vamos, como cantaba Enrique Iglesias.
Por qué esta nueva teoría. Rita Ora actuó ayer en la Basílica de San Pablo Extramuros (Roma), en la ceremonia que tuvo lugar en honor a la canonización de Teresa de Calcuta. Fue la sorpresa de una jornada muy intensa para los creyentes. La cantante, que acostumbra a lucir sexi tanto en sus vídeos como en las portadas de revistas, rompió los esquemas de sus seguidores, que por un momento dudaron de si a la que iban a canonizar era a su ídolo.
Rita Ora acaparó hace unos meses las marquesinas de autobuses de muchas ciudades de España posando con la lencería de la marca Tezenis. Para su actuación en el Vaticano se presentó, sin embargo, como manda por allá el protocolo, casta y pura, ataviada con un velo negro que cubría su cabello rubio y un vestido oscuro que disimulaba gran parte de su anatomía –excepto el escote, que decidió lucir–. Ora cantó, conmovida y con vehemencia, como nunca antes la habíamos visto. Acompañada por una extensa orquesta, interpretó el tema What child is this?, villancico tradicional del poeta inglés William Chatterton Dix.
La cantante fue invitada a la ceremonia como embajadora honoraria de la República de Kosovo (Teresa de Calcuta llegó al mundo en Skopie, Macedonia, en 1910), donde nació hace 25 años (aunque vive en Inglaterra), y supo aprovechar la oportunidad para desvelar al mundo –muchas veces obcecado en encasillar– que su excepcional destreza artística va más allá del estilo canalla al que tiene acostumbrados a sus fans.
Con este episodio, el papá Francisco sigue mostrando aires de renovación y osadía en su mandato.
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