Alternativa o bisagra
El dilema del PSOE es el mismo que hace nueve meses, pero su respuesta es más difícil, y urgente
Si nada lo impide, España vivirá hoy su segunda investidura fallida. Repitamos elecciones o no, en algún momento se logrará formar Gobierno. Pero entonces habrá que aprobar leyes y sacar adelante presupuestos, algo que igualmente requiere de mayorías. A lo de estos días se va a jugar muchas más veces, y habrá un jugador que estará siempre presente: el PSOE es necesario en cualquier suma parlamentaria viable. Pero, por desgracia, se trata de una bisagra con poco ángulo.
La norma en los sistemas multipartidistas europeos ha sido que las formaciones centristas, liberales, verdes o de nueva izquierda se hiciesen cargo de apuntalar las minorías mayoritarias de socialdemócratas o conservadores. Se trataba de partidos que no aspiraban a ganar elecciones tanto como a condicionar políticas, muchas veces con capacidad de forjar pactos a ambos lados del espectro. Pero, ¿qué pasa cuando el partido deseoso de influir no tiene una mayoría suficiente y el que la tiene es, a la vez, uno que pretende el poder?
Esa es la situación en que se encuentra España: Ciudadanos puede buscar alianzas, pero carece de los votos, mientras que el PSOE cuenta con ellos, pero al mismo tiempo aspira a gobernar. La alternativa de izquierda es, a la vez, único soporte para la derecha. Así, es difícil calificar al PSOE de “irresponsable”, pues se le imputan dos responsabilidades incompatibles.
Pero el socialismo necesita proponer una solución a la paradoja. Es cierto que ésta no se daría si no fuese porque un sector del Congreso mantiene una posición (la del independentismo) inasumible para el resto. Aun así, la realidad es la que es, y tarde o temprano el PSOE tendrá que decidir su futuro. O se resigna a condicionar ciertas políticas, o intenta liderar una alternativa que contemple el mestizaje ideológico o nacional.
Cuando la realidad política se repite, es inevitable que los comentarios sobre la misma también lo hagan. Algo en lo que quizás incurre el presente texto. Sin embargo, eso no lo hace menos pertinente: el dilema del PSOE es el mismo que hace nueve meses, pero el tiempo que ha pasado ha hecho su resolución aún más difícil y urgente. @jorgegalindo
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