_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un fragmento de la Prehistoria

Juan José Millás

EL SEÑOR grandote acaba de arrebatar de los brazos de sus padres a esta pareja de bebés y se abre paso a gritos para llevárselos a casa y devorarlos. Se trata de un ogro sibarita, de un gourmet, un Hannibal Lecter cuyos jugos gástricos han comenzado a hervir al imaginar cómo crujirán los huesos de las criaturas cuando les dé el primer bocado. Quizá se los coma crudos, como el que da cuenta de un par de ostras antes del primer plato. De hecho, debido a su tamaño, apenas le servirán de aperitivo. Lo que el ogro quiere comerse de verdad es América y, tras América, el mundo. Pero hay que abrir boca con un par de lechoncitos. Inmediatamente le servirán unos mexicanos o unos portorriqueños a la espalda. Es posible que, en vez de jerarquizar los platos por nacionalidades, se los sirvan por oficios: primero, las señoras de la limpieza, los fresadores luego, y los obreros de la construcción más tarde, para cerrar al fin con un revuelto de sindicalistas.

Donald Trump en Colorado, durante la campaña (julio 2016).

Decíamos al principio que el monstruo acaba de arrebatar a los bebés de los brazos de sus padres, aunque es posible que se los hayan entregado de forma voluntaria. Hay gente así, gente capaz de ofrecer este tipo de sacrificios a los dioses (para muchos este sujeto es un Dios). Más todavía: hay gente capaz de votar a Donald Trump, pues tal es el nombre de la bestia insensible a la angustia de los nenes. Se diría, por el contrario, que su llanto le excita más, si cabe, que el sonido del dinero cayendo en sus faltriqueras. Un fragmento de la prehistoria haciéndose presente en pleno siglo XXI. Sálvese quien pueda.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_