Drew Barrymore comparte su infancia en las redes sociales

Drew Barrymore encontró la fama cuando era solo una niña y el pasado martes quiso rememorar su joven carrera cinematográfica en su perfil de Instagram. La actriz se ha puesto melancólica y ha compartido una serie de fotografías, como una estampa de la película E.T. (1982) junto a Rashida Jones y su padre, Quincy, otra del rodaje de Ojos de fuego (1984) o instantáneas de sus cartas y juguetes de pequeña. 

"¡He encontrado todo tipo de tesoros hoy!", ha escrito la intérprete, de 41 años, en la red social. Además de las ya mencionadas, hay una fotografía con Sharon Stone de una fiesta sobre el año 1990 y ha publicado otra en la que aparece subida en el capó de un coche junto al teatro Barrymore —en referencia a su abuela Ethel—, tomada en 1982. 

"¡Hola! Soy Drew Barrymore. Estoy en segundo grado. Voy a Fountain School. Disfruto mucho del colegio. Soy rubia y tengo ojos azules también. Mis cosas favoritas son: actuar y tomar clases de jazz y mis deportes favoritos son nadar y vivo en Pointtsata Pl. Vivo con mi madre y mi hermano y soy muy feliz con mi vida tal y como es", escribió en una carta en 1982, que ahora ha compartido con sus 4,9 millones de seguidores en Instagram. Poco años después, ingresó en un centro de rehabilitación por decisión de su madre.

También ha querido recordar a su padre, John Drew Barrymore, publicando una fotografía de su juventud. El también actor falleció en noviembre de 2004 a causa de un cáncer. La protagonista de Nunca me han besado proviene de una auténtica dinastía de intérpretes. Además de sus progenitores, su abuelo John, sus tíos abuelos Lionel Barrymore y Ethel Barrymore y su tía Diana también fueron exitosos intérpretes.

Sin embargo, la infancia de Drew Barrymore estuvo plagada de baches. Su debut en el cine llegó cuando tenía cuatro años con la película Un viaje alucinante al fondo de la mente, y tras varios éxitos profesionales, que incluyen la famosa cinta del extraterrestre E.T., cayó en las drogas y el alcohol con tan solo 13 años. Tras meses de autodestrucción, intento de suicidio incluido, publicó su autobiografía en 1990 con 15 años: Little Girl Lost (pequeña niña perdida, en español). 

A finales de 2015, Barrymore reescribió su vida en una nueva biografía titulada Wildflower, que enlaza con la primera. Es decir, relata todo lo que le sucedió a partir de 1990. El libro no es una sucesión de escándalos o de lamentos. Tampoco tiene la intención de sacar a la luz los trapos sucios. Se trata de una serie de ensayos y anécdotas que Barrymore, a sus 40 años, dedica únicamente a tres personas: su exmarido Will Kopelman, de quien se divorció el pasado abril, y sus hijas Olive y Frankie, de 3 años y 18 meses, respectivamente.