Puertas giratorias
El del expresidente de la Comisión Europea Durão Barroso es uno de lo más flagrantes casos de puertas giratorias (sin olvidarnos de algunos expresidentes españoles). Previendo que el tráfico de la esfera pública a la privada va a continuar intensificándose al amparo de una normativa hecha por los mismos beneficiados, habría al menos que articular medidas para evitar que, además de forrarse como consejeros áulicos, tengamos que soportar sus sermones moralizantes.— Juan Fernández Sánchez. Madrid.
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