6 fotosErrores que ha cometido este fin de semana y le amargarán el lunesCenar como si no hubiera un mañana o pasarse el día viendo la tele. Esos hábitos hay que desterrarlosSilvia Cándano Ocaña19 jul 2016 - 18:04CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLlega al viernes demasiado cansado como para ponerse a cocinar y decide salir a cenar fuera. Antes, sepa que un estudio publicado recientemente en la 'Revista de la Academia de Nutrición y Dietética' asegura que el 92% de las comidas realizadas en restaurantes superan, como media, las 1.200 calorías. Teniendo en cuenta que la FAO recomienda una ingesta media diaria de 1.800 calorías para los hombres y 1380 para las mujeres para mantener el equilibrio basal, es evidente que usted ha empezado el fin de semana sometiendo a su cuerpo a un esfuerzo extra. Lo explica la doctora Susana Monereo Megías, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid: “Una cena copiosa conlleva una digestión larga, generalmente interfiere en la calidad del sueño y obliga a trabajar al sistema metabólico fuera de hora, lo que altera los relojes biológicos y nos impide descansar bien, además de que nos predispone a ganar kilos”.Escena de 'Canción de amor' (I dream too much), 1935Puede parecerle un buen plan, sobre todo si ha trasnochado. Sin embargo, una investigación publicada en 2015 en 'Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism' confirma que cuanto mayor es la diferencia de horas que pasamos durmiendo entre los días laborales y los de descanso, mayor es el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes. “Que no tengamos que madrugar para ir a trabajar no significa que debamos descabalar por completo nuestro ritmo de sueño y levantarnos de la cama al mediodía. Si nos acostamos tarde, lo más saludable para que el organismo se reponga cuanto antes es dormir un poco más de lo habitual (no más de dos horas) y, si aún así, seguimos teniendo sueño, regalarnos una siesta de unos 20 o 30 minutos al mediodía”, aconseja José Antonio Balsa Barro, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Infanta Sofía. “Además del evidente cansancio, alterar los ritmos dificulta la concentración y provoca una sensación de hambre que puede conducirnos a comer cuando no debemos”, apostilla Monereo.Escena de 'Los tres mosqueteros' (The three musketeers), 1939Puede que esté deseando disfrutar de una buena película, pero acomodamos dos días delante de la pequeña pantalla puede pasarnos factura. A esta conclusión llegaron investigadores de la Universidad de Texas (EEUU) que hallaron que el abuso de la televisión se asocia con sentimientos de soledad, depresión y falta de autocontrol y puede acabar afectando negativamente al trabajo y a las relaciones, además de causar fatiga y posibles problemas de obesidad. “Ver tanta tele también es un intento de evadirnos de nuestros problemas, algo que no conseguimos y que puede acabar causándonos más estrés del que ya tenemos, además de una intensa sensación de vacío”, cuenta Mikel Delgado Arbe, psicólogo en el Centro Surya, de Pamplona. “Tampoco hay que olvidar que el brillo de la pantalla y el movimiento continuo de las imágenes dificulta la conciliación del sueño”, añade Balsa.Escena de 'Vida de mi vida' (Our very own), 1950Intenta recuperar el tiempo que ha pasado sentado durante la semana, pero este atracón “incrementa el riesgo de sufrir algún tipo de lesión”, tal y como advierte la Sociedad Española de Traumatología del Deporte. “Hay que tener mucho cuidado”, advierte alsa Barro, “para adultos no deportistas se recomienda realizar un ejercicio aeróbico de intensidad moderada (caminar a buen paso, montar en bici…) durante 150 minutos semanales repartidos en un mínimo de tres días. Pero si no se dispone de tiempo para distribuir esta actividad semanal, es mucho más saludable complementar algo de ejercicio aeróbico con otro de flexibilidad que se puede practicar en casa diariamente durante 10 o 20 minutos, que 'matarnos' el fin de semana realizando alguna actividad deportiva fuerte que pueda poner en riesgo nuestro sistema cardiovascular”, aconseja el experto.Escena de 'No holds barred', 1952Los días que más deporte practicamos son también los que más bebidas alcohólicas consumimos. Así lo asegura un estudio realizado en 2014 por el Centro de Comportamiento y Salud de Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste (EEUU). Los resultados de la investigación no dejaron lugar a dudas: tanto la actividad física como la ingesta de alcohol aumentan con el tiempo libre, de jueves a domingos. “Puede que las personas se obliguen a hacer más deporte el fin de semana y luego ya no les quede fuerza de voluntad para resistirse a una bebida alcohólica. También es posible que se sientan orgullosos de sí mismos por haber hecho ejercicio y luego se premien con cervezas". El experto advierte de que intentar recuperar los líquidos perdidos con este tipo de bebidas es un error porque "además de la bomba de calorías que suponen, dificultan la recuperación muscular”.Escena de 'Tres soldados' (Soldiers three), 1951Poner la agenda al día, descargarse esas ‘apps’, probar esos juegos que le han recomendado, ordenar fotos… Todo esto puede resultarle práctico y relajante, pero dedique a esta actividad un rato corto y manteniendo el dispositivo a la altura de los ojos, si no quiere llegar al lunes con un dolor de cuello insoportable. Según una investigación realizada por el centro de Cirugía y Rehabilitación Espinal de Nueva York, dedicamos al uso del móvil de dos a cuatro horas diarias lo que supone un tremendo desgaste para las cervicales: cuando la cabeza no está inclinada, la columna vertebral soporta un peso aproximado de 5 kilos, pero cuando se encorva a 15 grados, el peso que aguanta supera los 12 kilos. ¿Y qué ocurre si utiliza el móvil agachando la cabeza totalmente, manteniendo la barbilla contra su pecho? Pues que el peso que soporta su columna aumenta dramáticamente, hasta alcanzar la friolera de 27 kilos, lo que constituye un auténtico castigo para sus vértebras.El 'smartphone' no ha coincidido en el tiempo con el cine en blanco y negro, pero parece que en 1941 también perdían el tiempo con el teléfono. Escena de 'Three girls about town'.