Asientos de aviones
Ahora que llega el periodo estival es cuando viajamos más en avión y sufrimos la condena de ir encerrados en clase turista. Los asientos son estrechos y no dejan espacio suficiente para que quepan las piernas de una persona alta como yo. Se debería considerar un nivel de comodidad mínimo que garantice la dignidad de los viajeros y que esté adaptada a las medidas antropológicas reales, pues cada generación tiende a ser más alta, pero los asientos se encojen. De hecho, estar en una misma posición prolongadamente puede provocar trombos que causan la muerte, incluso entre la población joven y sana. Por todo ello, decidí ponerme en contacto a través de un formulario web con la defensora del pueblo para quejarme al considerar violados mis derechos fundamentales. La institución me respondió muy cortésmente comunicándome que se había aceptado a trámite mi solicitud. Es un orgullo ver que esta institución pública funciona eficazmente y nos protege de las injusticias.— Carlos Montalvo Isasi. Madrid.
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