Reflexiones electorales
En la noche electoral, la vergüenza ajena va por barrios. Cuando Iglesias aludía a la consulta a las bases para esquivar las consecuencias de su decisión de no permitir que Sánchez fuera investido presidente en marzo, muchos electores se preguntaron qué concepto de responsabilidad política subyacía ahí. Con semejante actitud ante las encrucijadas el político lo tiene fácil: cuando no le salen bien las cosas, son las bases las que se han equivocado. Muy cómodo, pero ese modelo no es regenerador: es irresponsable.— Francisco Gallardo Díaz. Barcelona.
El PP ha ganado las elecciones. Le corresponde gobernar. Así lo entiende este partido y parece lógico, pero ocurre que un 66% de los españoles no le han votado. Si quiere gobernar tendrá que ser para todos. Tendrá que poner encima de la mesa a qué parte de su programa renuncia, o qué parte de los programas de otros va a incorporar. ¿Va a subir el salario mínimo? ¿Hablamos de la reforma de la Administración, de la justicia? ¿Qué ofrece en cuanto a la ley electoral? Negociar es sentarse en la mesa con una carpeta de concesiones, y hasta la fecha lo que se escucha es “me lo tienen que dar porque tengo más votos”. Eso de “el ganador se lo lleva todo” vale para la ruleta y para una canción de Abba. Para gobernar hay que ceder. El “porque yo me lo merezco” me temo que no va a funcionar.— María Pilar Pérez García. Guadalajara.
Como inmigrante residente en España desde hace 13 años, he de decir que me siento realmente decepcionada con los resultados de estas elecciones generales. Las políticas tradicionales y de costumbre, el miedo a lo desconocido y la corrupción se han impuesto a una renovación del hemiciclo multicolor que hubiese podido, finalmente, formar un Gobierno de progreso en este país. Ante la coyuntura actual, solo queda la difícil tarea de que los elegidos intenten aportar una solución definitiva para dar la estabilidad necesaria a España. Lo más prudente y razonable sería acabar con los bloqueos y evitar que se provoquen unas terceras elecciones en un año. Si esto no se consigue, los ciudadanos no deberían respaldar de nuevo el gasto que producen los comicios ni el vaivén de diputados en las Cámaras, que no ofrecen medidas de mejora.— Gergana Ivanova Kóleva. Móstoles (Madrid).
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