El New York City Ballet se viste a la última moda

El idilio entre la moda y el ballet escribirá un nuevo capítulo este próximo septiembre. La gala de otoño del New York City Ballet recurre al gancho de grandes figuras del diseño de moda como reclamo para abrir su temporada. En esta ocasión, Dries Van Noten, Narciso Rodriguez, Jason Wu y Rosie Assoulin son los diseñadores invitados para vestir a las estrellas de la compañía. Los cuatro creativos han sido emparejados con cuatro coreógrafos que trabajan juntos en las piezas a estrenar para el próximo 20 de septiembre. Este evento, concebido e impulsado por la actriz Sarah Jessica Parker que se celebra desde 2012, se suma al intenso calendario de acontecimientos que mezclan cultura con moda en la Gran Manzana.

Lauren Lovette, la bailarina principal de la compañía, debutará como coreógrafa en una pieza que incluirá diseños de Narciso Rodriguez. Justin Peck, Peter Walker y Annabelle Lopez son otros de los bailarines y coreógrafos que participarán en el evento poniendo en movimiento los vestidos de Van Noten, Wu y Assoulin diseñados especialmente para la ocasión junto al director de vestuario de la NYCB, Marc Happel, responsable de impulsar esta interesante iniciativa junto a la protagonista de Sexo en Nueva York. Mientras Parker se encarga de escoger a los diseñadores y emparejarlos con los diferentes coreógrafos invitados, es Happel el que aconseja, ejecuta y supervisa la producción del vestuario junto a ellos.

El belga Dries Van Noten no es la primera vez que colabora con creaciones para las artes escénicas. Entre 2014 y 2015 colaboró en un par de ocasiones junto al coreógrafo David Michaelek. Él y Van Noten empezaron trabajando juntos en una de las instalaciones de la exposición Inspirations del diseñador en París y Amberes. Más tarde, sería el belga el que le ayudaría con los vestidos para la ópera Hagoromo, vistiendo a los bailarines principales de la NYCB, Wendy Whelan y Jock Soto. “El diseño de vestuario es mucho más especializado que la ropa de prêt-à-porter. Como cualquier vestuario o uniforme, se requiere de una técnica mucho más elevada y una mayor necesidad de propiciar el movimiento”, respondía Van Noten sobre las diferencias entre diseñar para la danza y la calle a W Magazine.

Muchas han sido las ocasiones en las que el ballet y la moda han unido sus caminos. Yves Saint Laurent hizo historia presentando, en julio de 1976 en los salones del Hotel InterContinental, una colección inspirada en los originales trajes del ballet ruso de Serge Diaghilev. Un lujo de producción que abrió la veda para los “desfiles-espectáculo” y que para algunos constituyó el hito más alto de su carrera: "He soñado con esta colección durante mucho tiempo, incluye todo lo que amo de la vida", dijo entonces Saint Laurent. Este 2016, el ballet clásico como eterna fuente de inspiración vuelve; la pasada primavera Miu Miu llenaba la calle con sus zapatos de bailarina urbana, y Valentino subía a la pasarela una colección para el próximo otoño inspirada en el mundo de la bailarina clásica. Por su parte, directores y coreógrafos han recurrido al talento de los diseñadores del momento para conectar el mundo del teatro con lo que ocurre en la calle. Desde Coco Chanel y sus diseños supermodernos para Le Train Bleu de los ballets rusos en 1924, hasta las exquisitas creaciones de Riccardo Tisci para el Bolero de Ravel de la Ópera Nacional de París en 2015.

Óscar de la Renta, Marques’ Almeida, Thom Browne, Sarah Burton para Alexander McQueen y Peter Copping para la casa Óscar de la Renta son otros de los diseñadores que han participado en la iniciativa del NYCB y que verán expuestas sus propuestas en una pequeña retrospectiva que completará el programa de este año.