La corte de Lázaro de Tormes
Dos muestras de la calidad democrática en España. Una: en un país del norte de Europa sería imposible que un partido implicado en casos de corrupción obtuviese el respaldo de su propio electorado. Aquí, más de siete millones de votantes siguen apoyando a los responsables de la red de corrupción más extensa de nuestro entorno europeo sin escrúpulos. Dos: ningún partido se hace eco del aviso de Bruselas de recortar el gasto en políticas básicas sociales hasta unos 8.000 millones de euros. El reciente ejemplo del Gobierno de Syriza en Grecia y su claudicación ante la usura financiera internacional se ignora, a sabiendas de que los acreedores de la deuda acumulada por la banca española serán los que dicten el programa político del futuro Gobierno a partir del domingo 26, igual da el color político que tenga.— José María Merino Medina. Palencia.
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