Mágica injerencia genética
Alterar genéticamente o químicamente vegetales, en aras de conseguir mayores cosechas, parece a primera vista algo positivo para un mundo superpoblado. El problema, sin embargo, radica en el hecho de desconocer el alcance y verdadero precio ambiental de esta mágica injerencia genética y química en el medio natural.
Voces expertas alertan de los gravísimos perjuicios tanto en humanos como en ecosistemas derivados de tan extendidas prácticas. Juzgo inconsciente que ciertas semillas transgénicas y productos fitosanitarios como el glifosato, prohibidos en otros países por su alto riesgo, tengan en España vía libre tanto para su indiscriminada comercialización como para su uso. Ciertos productos “milagro” pueden conllevar serios problemas colaterales de mucha mayor gravedad que los beneficios que teóricamente nos aportan.
Entiendo pertinente que antes de legalizar ciertos productos que alteran el equilibrio natural de forma severa, se debería empezar por darles presunción de culpabilidad, y no permitir su uso o comercialización hasta que su innocuidad quedase probada fuera de toda duda.— Martí Gassiot. Barcelona.
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