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Tentaciones

Los aciertos y errores del 'boom' de 'La bruja'

Hablamos con María Tausiet, doctora en Historia y experta en brujería, sobre la película de terror del momento. "En el film la brujería se presenta como algo completamente real, en el mismo plano que la vida cotidiana"

Sergio C. Fanjul
Un fotograma de la película 'La Bruja'
Un fotograma de la película 'La Bruja'

Las brujas existen, claro, están bien enraizadas en el imaginario colectivo, en los cuentos para niños, en los miedos, en la literatura o en el cine. Precisamente acaba de estrenarse en España La bruja, una leyenda de Nueva Inglaterra, un inquietante film que transita entre el género de terror y una factura muy artística, muy lejos del terror palomitero, no en vano recibió el premio a Mejor Dirección (Robert Eggers) en el prestigioso Festival de cine independiente de Sundance.

La hipnotizante historia se ambienta en la histeria en torno a las brujas que tuvo lugar en las colonias británicas y que culminó, 60 años después, en los famosos Juicios de Salem, celebrados en 1692. Hoy en día también hay algo de histeria en torno a la brujas, pero esas brujas (y toda otra panoplia de hechiceras) que pueden encontrar en programas baratos de televisión de madrugada y ferias de esoterismo chungo de las que todavía se sacan su dinerillo con el ritual, la videncia, y el amuleto en pleno s. XXI.

Pero aquí queremos hablar de la clásica idea de la bruja, la que hace tratos con el Demonio y celebra aquelarres, la bruja de The witch. Para ello contactamos con María Tausiet, doctora en Historia por la Universidad de Zaragoza, una de las mayores especialistas en el tema de la brujería, la magia o la posesión demoníaca y autora de estudios como El Diablo en la Edad Moderna (Marcial Pons, 2004), Ponzoña en los ojos. Brujería y superstición en Aragón en el s. XV (Turner, 2004) o Los posesos de Tosos (1812-1814). Brujería y justicia popular en tiempos de revolución (Instituto Aragonés de Antropología, 2002), entre muchos otros.

"Los diálogos son muy interesantes y uno va comprendiendo de alguna manera cómo se encarna y extiende eso que llamamos 'el mal'"

¿Qué te parece la representación de las brujas que se hace en La bruja?

La película me suscitó sentimientos encontrados o, como dicen los ingleses de una forma muy gráfica, mixed feelings. Por un lado, me parece admirable la ambientación histórica, el trabajo de los actores y, sobre todo, la forma de transmitir cómo el aislamiento de la familia protagonista los conduce a una especie de locura. Ante una situación de miseria, en plena naturaleza salvaje, viviendo junto a un bosque a merced de los elementos, y con el fanatismo religioso y los miedos que impone, sobre todo, el pater familias, los miembros de la familia acaban sospechando y acusándose unos a otros: padres, hijos y hermanos. Al final, encuentran alguien a quien echar la culpa de todas sus desgracias: la bruja del título.

Una imagen de 'La Bruja'
Una imagen de 'La Bruja'

La historia y los diálogos están inspirados en documentos de la época. Hay cierto rigor histórico…

Los diálogos son muy interesantes y uno va comprendiendo de alguna manera cómo se encarna y extiende eso que llamamos "el mal". Pero, para mi gusto, la película peca de sensacionalismo. La música es exagerada y agotadora. Los ataques de los animales supuestamente diabólicos son grotescos. Hay varias escenas demasiado gore y sobreactuadas que no se corresponden con las sutilezas de otras partes del guión. Y lo peor de todo, desde mi punto de vista, es que la brujería se presenta como algo completamente real, en el mismo plano que la vida cotidiana. Nada indica que pueda ser un sueño, o una construcción cultural. En ese sentido, es como volver mentalmente a la época de la caza de brujas. Claro que siempre hay quien dice que, aun así, puede interpretarse como algo imaginario. Pero el lenguaje cinematográfico no lo insinúa; al revés...

¿Cómo ha evolucionado la imagen de la bruja en la cultura popular?

Me da la sensación de que cada vez está más de moda esta ambigüedad. Insinuar que el mundo del las llamadas ciencias ocultas puede ser tan defendible como cualquier otra ciencia. Y un buen ejemplo son las películas de zombis, fantasmas, vampiros, presentados como héroes y no como figuras de terror psicológico que reflejan miedos profundos.

¿Cuál es el origen de la figura de la bruja?

No puede hablarse de origen propiamente dicho, pues en casi todas las culturas existen figuras asociadas a la magia maléfica. Pero, concretamente en Europa, la creencia en las brujas aumentó considerablemente a finales de la Edad Media y fue creciendo hasta el período de la famosa 'caza de brujas' a finales del siglo XVI y principios del XVII.

Una escena de 'La Bruja'
Una escena de 'La Bruja'

¿Qué hacían las brujas? ¿Quiénes eran?

Según la gente de a pie, serían mujeres con un gran poder personal, capaces de hacer el mal con su sola intención. Según los teólogos, esas mismas mujeres habrían hecho un pacto con el diablo que era el que les otorgaba su enorme poder.

¿Cuándo dejó de creerse en ellas?

"No se puede afirmar con toda seguridad cuándo acabó la persecución de las brujas, si es que realmente ha terminado hoy en día"

Aunque ya había muchos escépticos en la época de la persecución, a partir del siglo XVIII, con la Ilustración, las mentes cultivadas consideraron que todo era superstición y engaño. Pero la mayoría de la población, sobre todo en zonas rurales aisladas, continuó creyendo hasta bien entrado el siglo XX.

¿Podrías comentar algunos casos famosos?

En 1610 tuvo lugar en España el mayor proceso por brujería de toda Europa, el proceso de Zugarramurdi (en la comarca navarra del Baztán), en el que hubo más de 2.000 acusados y casi 5.000 sospechosos. Sin embargo, gracias a la actuación de un inquisidor escéptico, sólo fueron seis las personas que acabaron siendo quemadas vivas por brujas, aparte de las 21 que salieron al Auto de Fe celebrado en Logroño y que fueron “reconciliadas” tras confesar sus culpas. En América del Norte, donde la caza de brujas emigró desde Europa, el proceso de Salem, que acabó con la vida de 19 personas en Massachussets en 1692 fue el más terrible. En ambos casos, se lanzaron acusaciones inverosímiles contra personas inocentes, aprovechando la creencia en las intervenciones diabólicas.

¿Cuánta gente fue perseguida por brujería y durante cuánto tiempo?

No se puede hablar de cifras porque, aparte de los procesos judiciales por este crimen, se persiguió a otras muchas personas sin formalidades judiciales, llegando incluso a acabar con sus vidas. Y de esto, al menos en España existen testimonios durante el siglo XIX. No se puede afirmar con toda seguridad cuándo acabó esta persecución, si es que realmente ha terminado hoy en día.

Sabemos que la brujas, como esas hechiceras que hacían pactos con el Diablo, no existen, pero ¿llegó a haber mujeres que pensaban ser brujas auténticas? ¿Se celebraban verdaderos aquelarres o eran solo fruto de la imaginación popular?

Pudo haber mujeres que, en efecto, creyeran tener los poderes que se les adjudicaban. Pero lo que no pudo ocurrir de ninguna manera es que se reunieran con el diablo (en forma o no de macho cabrío) para mantener relaciones sexuales con él, danzar al revés, apacentar manadas de sapos para sacarles el veneno y fabricar ungüentos, matar a criaturas inocentes, llegando incluso a comérselas y un largo etcétera. El aquelarre es un mito construido por los teólogos que venía a describir el revés de la liturgia cristiana.

¿Cómo se relaciona la brujería con las cuestiones de género? ¿Se persiguió también a brujos?

Hubo casos, pero muy pocos comparados con las acusaciones a mujeres. Las mujeres representaban el mal por antonomasia en una sociedad fundamentalmente patriarcal en la que su función fundamental, aparte de satisfacer los deseos sexuales del hombre, era traer hijos al mundo. Por tanto, las ancianas eran a menudo despreciadas y utilizadas como chivos expiatorios.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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