'Feis tu feis', la respuesta 'chanante' a Bertín Osborne

¿Y si alguien nos hubiese dicho que tendría que llegar Joaquín Reyes para plantarle cara a Bertín Osborne? Posiblemente, nadie le hubiese creído. El estreno de Feis tu feis venía precedido por el morbo televisivo que sigue despertando Pablo Iglesias -como si no le hubiésemos visto miles de veces hablando de su vida- y las ganas de recuperar el espíritu chanante con entidad propia.

Pero lo que nos hemos encontrado ha sido mucho más. La excusa de sentar al invitado delante de su imitación sirve como detonante para la mejor respuesta que podíamos esperar de Tu casa es la mía. Ni las Campos, ni Susana Griso, ni nada. Feis tu feis consigue innovar en algo tan viejo como una entrevista, sin necesidad de recurrir al olor a cerrado que desprende el programa de Osborne.

El esquema es sencillo. Para copiar los movimientos del invitado -en este caso, el líder de Podemos-, Reyes pasa varios días entrevistándole, hablando con personas de su entorno y acudiendo a otros imitadores para que le den pautas y consejos. Todo con su particular lenguaje y demostrando una pericia más que solvente para las entrevistas. Ayuda, claro, que Iglesias esté entregado al formato -aquí no hay repreguntas de Ana Pastor- y que se tome tan a broma a sí mismo que resulte inevitable cogerle cierto cariño. Mientras tanto, al más puro estilo bertiniano, amigos, conocidos y compañeros hablan del susodicho sin que éste esté presente y le dedican piropos y batallitas.

El culmen llega, claro, cuando Iglesias tiene que enfrentarse a sí mismo. 'Chanantismo' en estado puro, con momentos ya para el recuerdo -el baile de "la cintura del cambio"- y oleadas de placer para los que ven en bucle los celebrities de Reyes o su versión más política en El intermedio -si son de los que no soportan la muchachada, más vale que se queden con el Deluxe-. Un giro novedoso que nos hace pensar que hay vida más allá de llevar a tus invitados a la cocina y repetir el gag de que no tienes ni idea de cómo se enciende el fuego constantemente. Y eso sin entrar en el tufo machista o los chistes de mariquitas. Al menos, aquí no tenemos que enfadarnos tanto. ¡Qué alivio!

Eso sí, Tu casa es la mía y Feis tu feis parten de un punto común: ambos son programas pensados para contentar a su público objetivo. Podrán tener más o menos tirón dependiendo de la gracia del invitado, pero despertarán los mismos odios irracionales entre los que no comulguen con la idea -el carisma del presentador es tan importante en el formato que no puede concebirse con otro rostro-. Aunque, sin duda, lo mejor de esta nueva aventura de Joaquín Reyes es fantasear con los próximos imitados entrevistados: Esperanza Aguirre -¡por favor!-, Belén Esteban, Toni Cantó, Mariló Montero, Silvia Abril, Yurena, Tamara Falcó, Manuela Carmena, Rita Barberá, Mariano Rajoy, José María Aznar, Ana Rosa, Cristiano Ronaldo... Y podríamos estar así hasta mañana.

Se agradece, en una televisión que tira tanto de lo que ya hemos visto -¿niños entrevistando a políticos? ¿En serio? ¿Otra vez?-, encontrarse con una concesión al surrealismo. Tampoco es que Feis tu feis invente nada nuevo, pero, al menos, nos ofrece algo que no recuerda a tiempos pasados. Incluso con un invitado tan sobado como Pablo Iglesias -el nivel de saturación mediática es agotador, y no ha hecho más que empezar-, verle posando, por partida doble, al estilo Zoolander, compensa. Y escuchar a Errejón diciendo que Monedero solo come al día un par de hojas de espinacas con piñones, más.