Llegan los ruidos
Según la Organización Mundial de la Salud, España es el segundo país más ruidoso del mundo, después de Japón. Supongo que la OMS habrá considerado en sus cálculos todo el año, de enero a diciembre, porque estoy seguro de que si se tuviera en cuenta solo el verano, obtendríamos el cum laude de la estridencia. Durante el día, cuando llega el buen tiempo la gente se saluda a gritos y en las terrazas de los bares las risotadas se confunden con los chillidos de los niños formando una mezcla decibélica insufrible. Y cuando llega la noche, al dormir con las ventanas abiertas por el calor, los ladridos de los perros, el chirrido del camión de la basura y los acelerones de los moteros colaboran para que uno se levante ojeroso, desquiciado y con un deseo obsesivo: que llegue una borrasca.— Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid).
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