Así influye 'Juego de tronos' en nuestra vida
Niñas llamadas Khaleesi, bodas temáticas, cursos universitarios... La serie de la HBO va por su séptima temporada pero hace ya mucho que está entre nosotros
Era tan inevitable que la noticia casi no sorprendió a nadie: e enero del año pasado nacía en Sevilla la que muchos medios presentaron como la primera niña española llamada Khaleesi, aunque es posible que otras antes hayan sido registradas con el nombre de la "madre de dragones". En otros países, como Inglaterra, hay censadas más de medio centenar, y ya hay constancia de varias Aryas a este lado de los siete reinos. Las criaturas del novelista George R. R. Martin se parecen tanto a nosotros que no resulta extraño que hayan acabado por infiltrarse en nuestra existencia.
La séptima temporada de la serie ha traído una nueva oleada de ardor guerrero (y sexual), intrigas políticas y derramamiento de sangre, inocente en la mayoría de ocasiones. Pero, en caso de que Martin acabe por fin hartándose de sus impacientes fans y mate a todos los personajes, como alguna vez ha amenazado, el resultado no sería tan trágico. Al fin y al cabo, hace ya mucho que Juego de tronos somos todos.
1. Intrigas palaciegas:
Quien no piense todavía que las tramas de George R. R. Martin remiten a la realidad más de lo que quisiéramos, solo tiene que dirigir la vista a nuestro actual Congreso de los Diputados. Allí, además de alianzas y puñaladas, encontramos a uno de los mayores fans de la serie, un Pablo Iglesias que no solo regala temporadas completas a monarcas, sino que coordinó un libro que extrae enseñanzas políticas de ella. Su título bien podría adornar el blasón de una de las casas de la serie: Ganar o morir.
2. Monarquia odiada:
La Casa Baratheon procede de este lugar, y a ella le debemos el personaje más odiado de la serie, Joffrey. En ese rey niño, sádico y cruel, muchos espectadores han querido ver un paralelismo con otro monarca postadolescente, pero del pop: Justin Bieber. En Internet abundan memes que unen a estos dos querubines que muchos quieren abofetear.
3. Bodas de tronos:
En Casterly Rock se vivió una boda roja que todavía quita el sueño a algunos, excepto a aquellos valientes que se deciden a organizar ceremonias temáticas en torno a la serie. Sí, ya es posible casarse ataviado a la manera de Jon Snow o de Khaleesi. Lo que nadie asegura es que la ceremonia no acabe como aquella.
4. Criaturas espeluznantes:
En Invernalia, los vástagos de los Stark tenían huargos, un cruce de perro y lobo de grandes dimensiones que los protegían de los peligros. Aquí no tenemos criaturas tan imponentes, pero un rápido paseo por la web nos muestra que la moda canina también tiene un apartado para los fans de los siete reinos.
5. Máster en tronismo:
Los sabios amos gobiernan la ciudad esclavista de Yunkai, pero en la vida real ya se puede ser un experto en Juego de tronos. Con título. La universidad de Columbia Británica imparte desde el año pasado un curso que examina "el rol de lo medieval en el subconsciente popular". Si R. R. Martin necesita becarios, ya sabe a dónde acudir.
6. Tatúate a Tyrion:
Los Dothraki son conocidos por su brutalidad en el combate y su líder, Khal Drogo, imponía por sus músculos y sus tatuajes. Muchos fans han mostrado un ardor similar al pasar por la aguja para dejar una prueba de su amor por la serie. Una duda: ¿Duele más que maten a tu personaje favorito si lo llevas tatuado?
7. Porno, espada y brujería
De esta ciudad destruida procede el acero más preciado de los siete reinos, símbolo fálico inequívoco en una serie en la que nunca ha faltado sexo. La inevitable versión porno, Game of bones, no tardó en llegar para cumplir las fantasías de muchos y muchas con Jon Snow o Daenerys.
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