Con muchas ganas de cambiar las cosas
Autor: Jean-Arsène Yao
Es muy común la idea según la cual se necesita a los inmigrantes porque representan una mano de obra. Sin embargo, hay quien piensa que los que emigran no lo hacen solo como una fuerza laboral. Es el caso de Bakala Kimani, en cuya opinión "cuando una sociedad va hacia su decadencia, esta necesita factores externos para regenerarse. Nosotroslos inmigrantes, a veces olvidamos que quizás nuestra presencia aquí tenga que ver con la regeneración de Occidente que está perdiendo muchos valores".
Natural de la República de Congo, una antigua colonia francesa de África central, Kimani explica su presencia enEspaña por la rabia que tienecontra el país galo. Al igual que buena parte de sus conciudadanos, considera que París fue el responsable de las guerras civiles de 1993 y 1997 tras las cualescayó el entonces presidente Pascal Lissouba, que quisó una mayor transparencia en la explotación del petróleo congoleño por la empresa francesa Elf. De hecho, tomó el camino al exilio por un artículo sobre los desaparecidos de "Beach", 353 refugiadosque regresaron a Brazzaville, la capital congoleña, tras los conflictos y que fueron asesinados sin que sepa donde están sus cuerpos.
El articulo molestó a las autoridades de su país, ydesde Camerún donde cursaba estudios de Derecho Internacional Humanitario decidió venir a España paraponerse a salvo, vivir otra experiencia y, sobre todo,aprender otro idioma. En 2003,llegó como demandante de asilo a Madrid, donde fue atendido por la ONG Accem. Posteriormente lo mandaron a la localidad cántabra de Torrelavega, con la Cruz Roja. Allí se relacionó con una parroquía cuyos feligreses leayudaron económicamente para terminar sus estudios.
Hoy, además deuna Licenciatura, tiene unMaster en Inmigración, refugio y relaciones intercomunitarias, y otro en Cooperación internacional al desarrollo. Ha trabajado como mediador, pero lo que más le gusta es su labor como docente. A menudo le llaman para impartir clases sobre la resolución de conflictos, la igualdad de género o la cooperación. "Esto me encanta porque estoy en contra de la idea que un inmigrante solo puede hablar de inmigración, cuando en realidad tenemos aptitudes en varios ámbitos", declara.
Si ser profesor le encanta,también le ha dado muchos disgustos por la mala imagen que el alumnado suele tener de África, vista como el continente que va mal, la cuna dela miseria, las hambrunas ylas guerras.Para cambiar, o por lo menos mitigar, esta percepcióndel continente, decidió fundar la revista Afrokairós junto con otros compañeros. Su objetivo es aportar los elementos necesarios paraevitar unainterpretación parcial e interesada dela historia de África, "cuando se sabe que la realidad no se limita a los males, sino que va más allá".
Asegura, además, que las reflexiones hechas en esta revista no van destinadas únicamente a las generaciones presentes, sino también a las venideras para prepararlas contra los conflictos a los que se van a enfrentar. A la pregunta de si ha vivido situaciones conflictivas desde su llegada a España, Kimani dice no haber sufrido un racismo ciudadano, pero síinstitucional, con las redadas contra los inmigrantes.
Con todo,no tiene más que palabras de agradecimiento y buenos recuerdos, el primero de los cuales es la acogida que recibió. "Saludar a una persona con un simple 'hola' y que esta te diga 'qué bien hablas español', es muy importante.Aunque desde nuestra mentalidad francófona esto pueda parecer una hipocresía, que no lo es, es fundamental porque te estánanimando a hablar sin tener miedo de equivocarte ni tener vergüenza", asegura.
Por esto,consideraque en la lucha contra el racismo, más que denunciar a los racistas se debería dedicar tiempo y espacio para mostrar los ejemplos de las personas que trabajan para la inclusión de los demás. "Su ejemplo muestra que el racismo se puede combatir dando la mano al otro", afirma.
Precisamente, por su labor a favor de laconvivencia desdela revista Raíz África que dirigía, la Fundación Desarrollo Sostenido (Fundeso) le otorgó en 2010 el premio al Mejor Periodista Africano. En su haber, tienetambién dos libros. El primero, titulado "11-M, el banquete de los buitres", hace una crítica de la sociedad española y de la manipulación política que hubo en torno a los atentados islamistas que sacudieron Madrid en 2004. Dice haber escrito esta obra asimismopara defender lo que llama 'la ciudadanía regional'. Pues, cree que no hace falta ser legalmente español para interesarse por todo lo que ocurre en España. "Al fin y al cabo todos estamos en el mismo espacio. Si la crisis económica afecta a los españoles, nos afecta también", sentencia.
Su segunda obra, "Los caminos de mi destino", un conjunto de relatos cuyo proceso de escritura es anterior a su llegada a España,lleva a Kimani de vuelta a África. La trama gira en torno en susvivenciaspersonales y la historia de algunas personas que ha conocido y que por razones que no favorecen el bienestar de la ciudadanía se han visto obligadas a elegir un tipo de acciones que ha acabado con su vida. Habla también de las víctimas de sida, las guerras, la homofobia, la violencia de género y la violencia estatal contra los migrantes de Ceuta y Melilla.
"Llamó nuestrasociedad a una reflexión, porque el ser humano no puede definirse por lo que tiene ni de donde viene. En la sociedad actual el riesgo es muy grande de excluir a mucha gente en función de su situación. Debemos volver a valorar al ser humano en su radicalidad, más allá de las circunstancias sociales", concluye.
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