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Estoy embarazada y tengo gato en casa, ¿debo preocuparme?

Médicos y veterinarios coinciden en que los felinos domésticos controlados no suponen un riesgo de contagio de la toxoplasmosis

getty

El riesgo de que un felino doméstico, alimentado con pienso comercial y que no accede al exterior de la vivienda, contamine a una mujer embarazada, exclusivamente a través de sus heces, con el parásito que provoca la toxoplasmosis, es casi nulo.

Una de las primeras pruebas médicas que se realiza a una mujer gestante es la que sirve para detectar si está inmunizada contra el parásito Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis. Esta enfermedad puede causar complicaciones en el feto, como deformidades. Pero con ciertas pautas preventivas y controles sanitarios, el riesgo de contaminación es mínimo. Cuando hay gato en casa, no siempre es la puerta de entrada para este parásito. Lo habitual es contaminarse por ingerir carne poco hecha o fruta y verdura mal lavada.

“Hace 15 años lo habitual es que el tocólogo recomendara, de entrada, a la mujer embarazada que tenía gato que lo sacara fuera de la vivienda”, explica María Jesús Cancelo, Secretaria General de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Hoy por hoy, los médicos han variado su planteamiento y ofrecen un mensaje diferente a las mujeres gestantes que conviven con felino. Todo es cuestión de prevención y control sanitario.

Los felinos aportan beneficios a las mujeres embarazadas

Este nuevo posicionamiento del colectivo médico ha variado las cifras sobre gatos abandonados por causa de un embarazo en la familia. Según datos de la Fundación Affinity, que lleva a cabo estudios sobre la influencia en la salud humana del vínculo entre personas y animales, en el año 2008, un 6,4% de los gatos fueron abandonados por miedo a la toxoplasmosis; en 2010, el porcentaje se ha reducido a un 2,4%.

"Los gatos aportan numerosos beneficios psicológicos y bienestar emocional a las personas que disfrutan de su compañía, especialmente, cuando forman parte de una familia con varios miembros. Por lo tanto, consideramos completamente injustificado el abandono o el rechazo de los gatos en caso de un embarazo”, según recoge el informe aprobado por el colectivo médico, representado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y los veterinarios, publicado por el Grupo de Estudio de Medicina Felina de AVEPA (Gemfe).

Tanto médicos como veterinarios están de acuerdo, según recoge el documento, en que “el contagio de Toxoplasma gondii a los seres humanos por contacto con las heces de un gato infectado es poco probable y que la gran mayoría de las personas que se contaminan lo hacen a través de la ingestión de carne poco cocinada, vegetales u hortalizas infectados con huevos del parásito o por el contacto directo con suelos contaminados. Por tanto, es erróneo asumir que, siempre que una persona se infecta con Toxoplasma gondii, el origen de la infección haya sido el contacto con un gato”.

“Las evidencias científicas disponibles en la actualidad demuestran que el contagio de toxoplasmosis de felinos a personas, incluidas mujeres gestantes y enfermos de SIDA, es altamente improbable siguiendo unas normas básicas de higiene”, según se asegura en el informe acordado por médicos y veterinarios, donde se recogen pautas como:

Y para los gatos...

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