Un registro inevitable
El Parlamento Europeo pone en marcha instrumentos eficaces para combatir el yihadismo
La aprobación ayer por parte del Parlamento Europeo (PE) del registro de pasajeros aéreos, por el cual las compañías aéreas facilitarán a los Estados información sobre las personas que viajen con ellas, supone el espaldarazo a una importante herramienta para luchar contra el terrorismo. Y no es casualidad que coincida con un momento en el que el yihadismo constituye la principal amenaza para la seguridad de Europa.
Los diecinueve datos sobre cada pasajero que las aerolíneas transmitirán a las fuerzas de seguridad de los países europeos —desde la identidad al modelo de pago, pasando por el tipo de equipaje, trayecto seguido y posibles acompañantes— ayudarán tanto en la labor de prevención como en la de reconstrucción de las acciones que puedan producirse. El caos vivido recientemente en Bélgica en torno al tercer pasajero que transportaba una bomba en el aeropuerto de Bruselas —con numerosas pistas falsas, una detención equivocada y una sensación general de ineficacia— muestra hasta qué punto este tipo de informaciones resultan cruciales para facilitar la rapidez y eficacia de las acciones antiterroristas.
Es comprensible la resistencia y las dudas de la Eurocámara hasta ahora para aprobar esta medida, cuyo proyecto llevaba tramitándose desde 2011. En el siempre delicado balance entre seguridad y privacidad hay que ser muy cuidadosos en lo que la segunda cede a la primera, en lo que se sacrifica. Pero es evidente que no se puede ignorar el manifiesto deterioro de la seguridad de los europeos desde que comenzara a tramitarse el proyecto. Es lógico que la valoración sobre la gravedad de la amenaza que han supuesto los atentados de París, primero, y Bruselas, después, haya determinado la decisión del Parlamento Europeo.
En este contexto no basta con que las fuerzas de seguridad de cada país recolecten los datos, sino que deben disponer de los obtenidos por sus colegas. Los terroristas han demostrado ya en demasiadas ocasiones cómo aprovechar la ausencia de controles. Sería absurdo que sí los hubiera para quienes tratan de proteger las vidas de los ciudadanos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.