11 fotosEl difícil acceso a la salud de quienes huyen de la guerraAdemás de la dura travesía, los refugiados sirios se enfrentan a un sistema sanitario colapsado que no puede atenderles Atenas - 14 abr 2016 - 09:52CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEn el puerto del Pireo, donde viven otras 5.000 personas refugiadas, las condiciones son peores. Abderrahmán es refugiado sirio y una de las personas que vive, junto con su familia y desde hace veinte días, en una pequeña tienda de campaña que ellos mismos han comprado. BRUNO ABARCADivididos en dos filas, una para hombres y otra para mujeres, hacen cola cada noche para recibir una ración de comida para la cena. En el puerto hay mucha humedad y las temperaturas descienden con fuerza al caer la noche.BRUNO ABARCALa única atención sanitaria de que disponen las personas que viven en el puerto del Pireo son las unidades móviles de ONG como Médicos del Mundo. En ella, tres o cuatro voluntarios como Elena acuden cada noche, de 19:00 a 23:00, con medicamentos provenientes de donaciones particulares, en su mayoría.BRUNO ABARCALos fármacos se entregan en pequeñas cantidades. Es necesario racionarlos, ya que su provisión no está garantizada. Muchos no están disponibles, de modo que son los propios pacientes quienes deben acudir a comprarlos con una receta, en la que no cuentan con ningún descuento.BRUNO ABARCAEntre las personas más vulnerables, los niños pequeños y las mujeres embarazadas. La hija de Mohyabim y Attaullah está enferma. Tiene fiebre y, aunque la han tratado en la consulta del campamento, hace una semana requirió evacuación a un hospital. Una vez allí, Attaullah tuvo que pagar los medicamentos de su bolsillo. De los 6.000 euros que tenían cuando salieron huyendo de su país hoy solo les quedan 120. BRUNO ABARCATiene cáncer; un neuroblastoma. Ya fue intervenido con un trasplante, pero ahora puede requerir quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia, posiblemente fuera de su alcance. Las personas con patologías crónicas como cáncer o diabetes necesitan una medicación diaria de la que no disponen. Esta noche la unidad móvil atiende a un chico menor de edad con una descompensación de su diabetes. Desde que inició su viaje no había realizado ningún control de su glucemia. BRUNO ABARCALos trastornos psicológicos, agravados por el estrés del viaje, la incertidumbre de su situación, la exposición a la violencia y el sufrimiento por la muerte y el abandono de familiares y amigos, supone un reto adicional para muchos.BRUNO ABARCALleva seis meses con fuertes dolores abdominales, pero no ha podido tener acceso a pruebas diagnósticas. Recibe tratamiento sintomático, pero apenas se puede mover y, cuando lo hace, utiliza una silla de ruedas. Comparten esta tienda de campaña, de Acnur, con otra familia. BRUNO ABARCARania es pediatra medio libia, medio griega. Es una de las voluntarias de Médicos del Mundo y acude tres o cuatro veces por semana a los tres campamentos de Ellinikos, el del antiguo estadio de hockey, el del antiguo estadio de béisbol y el del antiguo aeropuerto abandonado. En cada uno han habilitado una pequeña sala a modo de consulta.BRUNO ABARCAPersonas de todas las edades conviven en los campamentos de refugiados/as de Atenas, a la espera de que la Unión Europea cumpla sus promesas de acoger refugiados entre sus diferentes países. Sin embargo, la prioridad para Europa ahora mismo parece ser la detención y devolución de estas personas a Turquía.BRUNO ABARCAEsta anciana rompe a llorar durante la consulta con el médico. La traductora, una chica voluntaria, también refugiada, de unos 16 años, la coge de la mano y nos explica que está sola porque su hijo no consiguió llegar hasta Grecia. Ella alcanzó el país cruzando el Egeo en balsa, sin nadie que la acompañara. BRUNO ABARCA