_
_
_
_
MIRADOR
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mis dudas

Con los papeles de Panamá, no sé si estamos hablando de casos de legalidad quebrada o de moralidad difusa

David Trueba

Tengo mis dudas sobre el modo en que se están desvelando los datos filtrados sobre empresas opacas creadas al amparo de la legislación de Panamá. No sé si soltar cada dos o tres días un par más de nombres relevantes es un acuerdo periodístico o tan solo una estrategia que emparenta la labor informativa con esos concursos donde se descartan participantes por medio de nominaciones y llamadas del público. Si se raciona la información para trabajarla más a fondo o solo responde a propulsar la audiencia y mantener caliente el caldo hasta que queda indigerible. En vista de cómo se está desarrollando el escándalo, queda claro que solo los casos que vienen apoyados en una investigación rigurosa, que parten del dato filtrado hasta encontrar la esencia del dinero escondido al fisco, alcanzan la dimensión requerida. Si no se practica esa tarea de ahondar y recabar más información valiosa, lo que se tiene es un vaivén de negaciones, desmentidos y justificaciones variopintas.

Tengo mis dudas, aun después de las primeras semanas de escándalo, de dónde radica el problema, si estamos hablando de casos de legalidad quebrada o de moralidad difusa. Si es pecado o delito. Es ahí donde se produce un limbo en el que el destape se parece más a esa curiosa forma de presumir que los norteamericanos llaman el name dropping. Uno jalona su conversación de nombres conocidos para dar importancia a lo que no lo tiene. La esencia del name dropping es contar tu mili o un día de compras, pero añadir a cuatro famosos que desfilaban contigo. La perspectiva de que la filtración es solo un pellizco en la magnitud del dinero escamoteado obliga a exigir a las Administraciones que trabajen, se esmeren y traten de llegar al final de este tumor financiero mundial.

Tengo mis dudas sobre la acción del Gobierno español a raíz de los datos conocidos. En esta legislatura se ha desprestigiado la labor de los inspectores de Hacienda, obligándolos a tragar con amnistías y a redactar informes surrealistas para justificar casos de corrupción amiga. Ha habido filtraciones interesadas y hasta una abogada estatal afirmando en el juicio más televisado de nuestra historia que el lema de “Hacienda somos todos” era una frase vacua inventada por un publicista. Panamá es la triste conclusión de algo mucho más grave, que lo primero que preocupa a un español cuando gana dinero es cómo eludir los impuestos en su país. ¿Tan poco queremos de verdad a nuestro país, pese a lo inflamados que andamos de banderas y soflamas? ¿Tan mal aceptamos el reparto establecido para sostener el sistema?

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_