11 fotosRepita estas 12 frases frente al espejo para ahorrarse el psicólogo La envidia es una declaración de inferioridad , entre las sentencias que recopila el empresario Josef Ajram en su libro sobre el éxitoBuenaVida15 abr 2016 - 15:31CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl autor considera que "el saboteador interno" es el mayor obstáculo que encontraremos en el camino. “Claro que puedes, pero… ¿te crees que puedes? Esa es la clave". Cuenta, acompañando a esta ilustración de su libro, que pese a no ser capaz de nadar mil metros, acabó cruzando 10 kilómetros de océano para completar un Ultraman -una de las pruebas físicas más duras del mundo. No hace falta apuntar tan alto. Céntrese en su pequeño objetivo y confíe. Si no le sale, repita.Josef Ajram, que comparte sus consejos en las redes sociales, se ha encontrado en ocasiones con injustificadas reacciones iracundas ante sus logros. Es una sensación familiar: todos, en algún momento, nos hemos sentido la diana de dardos cargados de envidia. Mucho mejor eso que ser el envidioso. El 'coach' aconseja: “Hemos de tener la suficiente madurez personal como para seguir nuestro camino de manera sólida”.Pese a tener una intensa vida 'online' y a necesitar comunicarse constantemente, este atleta opina que no todo momento debe ser compartido. “Pocas cosas son menos publicables que el amor y la felicidad. Vivimos en una histeria de publicaciones en redes sociales. Lo queremos explicar todo, olvidándonos muchas veces de vivir la realidad”. Una investigación de la Universidad Católica Juan Pablo II de Lublin (Polonia) reveló recientemente que las personas que lo cuentan todo en Facebook se sienten solas.Mucha de nuestra interacción con los demás se hace actualmente a través de las redes sociales o de las aplicaciones de mensajería instantánea. Whatsapp, por ejemplo, tiene más de mil millones de usuarios, según la propia compañía. Que nuestras relaciones se mantengan con un alto porcentaje de comunicación escrita “hace que tengamos que escribir con mucho cuidado ya que las palabras pueden estar sujetas a malas interpretaciones”. ¿Una solución? Llamar más y escribir menos.“Siempre encontraremos personas que van a querer entorpecer nuestro camino, que nos van a desear lo peor, que esperarán que fallemos. No podemos dejar de intentar conseguir un objetivo por miedo a pensar ‘¿qué va a pasar si no lo consigo?’. Hemos de entender perfectamente que el primer paso para lograr un sueño es empezarlo”. Ajram también es profesor de marca personal en el Máster en Dirección de Marketing (MDM) de la UPC y realiza cursos y conferencias en los que compagina sus pasiones: el deporte extremo y la Bolsa. Asegura que para alcanzar el éxito hay asumir las dificultades del camino desde el principio: “Los alumnos que vienen a los cursos con la ambición de ser profesionales tienen una constante lucha personal. La variabilidad de este sector hace que sufran ataques a su confianza”. Hay que estar preparado.“En el año 2009, la 'Titan Desert' [dura carrera ciclista en la que los participantes recorren etapas en el desierto del Sahara durante varios días] fue reclamo de algunos de los más grandes. Exciclistas profesionales se presentaban en tierra marroquí para disputar la cuarta edición de la prueba. Me alucinaba ver a Olano, Cabestany, Mauri o Heras en la línea de salida de la misma prueba que yo, eso me encantó”, cuenta Ajram. Pero no se obesione. La fórmula de las 8 horas es una buena brújula: 8 horas para dormir, otras 8 para trabajar y 8 horas de ocio.El 'caoch' se confiesa amante de los pequeños detalles y dice observar aspectos de las personas e imaginar, a partir de ahí, cómo es la vida de cada uno. Además, anima a hacerlo. “El tipo de lectura de una persona puede darte mucha información sobre ella”. Aunque no solo los libros son adecuados para este juego, el reloj, el coche, los zapatos o la marca de la bicicleta pueden darnos alguna pista. “Cada artilugio que posees es una muestra de identidad de tu persona”.Su pirámide para conseguir los objetivos se divide en tres partes. En la base están los retos 'cortoplacistas', aquellos que tienen como plazo 24 horas: “Qué cliente queremos conseguir hoy, qué estrategia voy a definir en mi trabajo, qué voy a hacer en el rato libre con mi hija… Objetivos que vencen al final del día y que no se va a volver a repetir en nuestras vidas”. En el medio de la pirámide están los retos anuales: “Me gustaría acabar un maratón” o “quiero aprobar este curso en la Universidad”. Y, por último, están las metas ‘aspiracionales’ o sueños. “La felicidad es orgásmica y adictiva, por lo que has de ser consciente de la dificultad que entraña lograr un sueño y saber valorarlo como merece”.Ser afortunado no está asociado a la suerte. "Confío más en la disciplina y en el cálculo que en el azar”, zanja el experto. Ha creado la marca deportiva 'Wheres is the limit?' (¿Dónde está el límite?) en la que colabora con Dani Nafría: “Dani lleva su día a día con una prótesis en la pierna pero eso no le ha impedido este año correr un maratón de montaña", escribe el autor en 'El pequeño libro de la superación personal'.“Soy 'day trader' [inversor que opera en los mercados financieros], puro vértigo y adrenalina. En el deporte, me apunto a las pruebas más exigentes del ultrafondo. Son dos mundos aparentemente opuestos en los que vivo sensaciones límite que reclaman constancia, dinamismo, disciplina y cálculo para medir posibilidades”, subraya Josef Ajram, que recomienda aplicar esos elementos en la búsqueda de cualquier objetivo. También tiene un mensaje para los empresarios: “Pónselo fácil al trabajador, crea un grupo en el que todos sean compañeros, que no se vean como rivales […] De este modo, tú consigues un alto valor en el capital humano y ellos consiguen amar lo que hacen, ¿buen trato, no?”.Porque el esfuerzo sin disfrutar no vale la pena. Los retos solo tienen sentido si su objetivo es hacernos más dichosos, por ello el autor recomienda gozar al máximo de cada momento de felicidad, nos lo merecemos. “Mi filosofía no es ganar, sino sentirme bien con mi rendimiento. Disfruto más de los entrenos que de las competiciones”, detalla en su recién publicada obra.