Balance del rinoceronte naranja. Primer mes, viviendo sin gritos
Relato de cómo se puede estar cinco semanas sin chillar
Buenas noticias, llevo sin gritar-gritar, lo que se dice soltar improperios con cara de loca en voz alta, más de cinco semanas. El tiempo que hace que salí del armario y escribí aquí sobre el reto del rinoceronte naranja, es decir, de intentar vivir sin gritar a nuestros hijos, y os invité a uniros. Ahora es el momento de hacer un primer balance y de invitar a quienes os lo perdisteis y sintáis que tenéis el mismo problema a sumaros (para enteraros de en qué consiste, pinchad aquí).
El 7 de agosto, me planteé el objetivo de estar un mes sin gritos. Y aunque gritar-gritar no he gritado, no he dado por conseguido el reto, y he vuelto a cero en dos ocasiones, al 8º día y al 14º. En ambas fue porque, en momentos de enfado acumulado y agobio, acabé comportándome mal con mi pareja y mis hijos, siendo poco amable, o borde, directamente, o diciendo cosas tipo "hijo, ¿eres tonto o qué?". Ahora, en mi tercera repesca, llevo otros 14 días del tirón sin gritar y sin decir inconveniencias o descalificaciones. Sí he regañado, sermoneado y me he enfadado, pero dentro de los límites de respeto que considero aceptables como madre. Reconozco que el mes de vacaciones por medio me ha ayudado a mantener la calma, porque uno de los detonantes para que pierda los nervios es la necesidad de hacer las cosas deprisa para llegar a tiempo a los sitios, y eso no ha hecho falta en agosto, así que han sido unos días, con playa o piscina de por medio, a un ritmo más relajado.
Otros padres y madres han contado estos días que han notado un mejor ambiente en sus casas, y que los niños se muestran más cooperativos que antes. No sé si son solo las ilusiones de los primeros días, o se logrará ese cambio de forma perdurable, pero creo que ser conscientes del problema e intentar solucionarlo ya es un avance. En mi casa, no he notado esa mejoría en el ambiente familiar, supongo que porque no soy de gritar todos los días, sino que lo hago por saturación, después de unos cuantos días malos, así que los niños no notan mis esfuerzos de contención ni cambian su comportamiento.
Otro balance que quiero hacer es el de la repercusión que ha tenido el desafío. Propuse contar nuestros progresos y darnos ánimos a través de Twitter con los hashtags #rinonaranja y #yanogrito. Los primeros días sobre todo muchos lectores tuitearon su intención de sumarse, y cada día, hay unos cuántos comentarios. Además, una lectora, Nuria Amorós, creó un grupo de Facebook en español con el mismo objetivo. En un mes, tiene más de 1.200 miembros, de España y Latinoamérica. Es decir, más de 1.200 padres y madres que reconocen que gritan demasiado a sus hijos y que hacen lo que pueden por evitarlo. Está lejos de los 31.600 miembros del grupo en inglés creado por la autora del desafío original, pero no me parece moco de pavo. También se ha abierto un hilo de apoyo en el foro de Crianza Natural.
Vamos, que opciones de redes de apoyo hay. Solo un consejo, sobre todo para los que participáis en Facebook: tomadlo como lo que es, un grupo de apoyo, para desahogaros, comentar vuestros progresos o retrocesos o trucos que os han funcionado para lograr el objetivo común: dejar de gritar. No os encisquéis en debates sobre crianza, o a juzgar lo que otros hagan, porque es difícil estar de acuerdo, cada familia es un mundo y no váis a conseguir convencer a nadie, solo crear mal rollo.
En el último mes y pico, también ha habido muchos blogs y webs de crianza que han escrito sobre el desafío del rinoceronte naranja. Os pongo algunos por si os interesa:
- La mamá vaca. No más gritos.... Mi propio desafío del rinoceronte naranja
- Bebés y más: El desafío del rinoceronte naranja: únete a él y deja de gritar a tus hijos
- Maternidad Continuum. ¿Qué es eso del rinoceronte naranja?
- De Monitos y Risas. Mi rinoceronte naranja
- Tesorín Tesorete. El gritar se va a acabar... Mi propio rinoceronte naranja
- Colgando en tu teta. El desafío rinoceronte naranja: gritar menos, amar más
- Txkis del Bidasoa. El reto del rinoceronte naranja
- Construyendo una familia. No quiero gritarle más a mis hijos
- Mis trucos (y tus trucos) para educar. Nuevas impresiones del rinoceronte naranja
- Lunalunera cascabelera. Mi desafío rinoceronte naranja
- Una mirada al otro lado. Mi particular #rinonaranja (o #yanotegritocariño)
¡Incluso hay alguna maestra que lo ha planteado para dejar de gritar a sus alumnos!
Ahora que ya ha vuelto el cole y las actividades extraescolares, habrá que ponerse las pilas para no caer en el grito por estrés y prisa. El sábado tengo una prueba de fuego, ¡sola ante el peligro todo el día! Ommmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm...
¿Y vosotros cómo lo lleváis?
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