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Gracias a los profes, ¿con o sin regalos?

El Ministerio de Educación para ahorrar 3.000 millones de euros en las escuelas e institutos va a reducir las plantillas

Ana Pantaleoni

Llegó el momento de agradecer a los profes la labor de todo el año. Un año que no ha sido fácil para nadie. Pero tampoco para el sector educativo. Escuelas que tendrán que cerrar el año que viene, otras que no se pueden construir por falta de presupuesto, más alumnos en las aulas, docentes que no renuevan contrato… Las principales medidas que ha adoptado el Ministerio de Educación para que las comunidades ahorren 3.000 millones de euros en las escuelas e institutos van dirigidas a reducir las plantillas. Esa son las noticias. Pero cuando sales a la calle no hay escenario de enfrentamiento, sino que la gente que tiene trabajo intenta hacerlo lo mejor posible. Es el caso de los profesores.

Esta semana muchos padres (siendo realistas, muchas más madres) se comunican entre ellas para decidir qué regalar a los profesores. Una práctica muy común cuando los niños son pequeños y los padres se sienten profundamente agradecidos por la labor que realizan los docentes con sus hijos.

Àngels, madre de un niño de ocho años: “Me parece perfecto hacer regalos a los profes después de que hayan soportado todo el año a nuestros niños y más en un momento en que la educación está tan cuestionada y sometida a innumerables recortes. Es una oportunidad inmejorable para demostrarles nuestra gratitud y para que vean reforzada su maltrecha autoestima con la complicidad de los padres. No es tan fácil, sin embargo, llegar a un consenso con los padres de la clase y se generan a veces debates absurdos y asambleas que no tiene fin. Nosotros le hemos regalado a nuestra profesora una sesión en los baños árabes y un autorretrato realizado por cada niño”.

Ni baños ni autorretrato. Carlos, padre de dos hijos, no quiere ni oír hablar de una práctica que le parece medieval. "Me parece más propia de los años 60, pero claro, quizás con tantos recortes estemos volviendo a esos tiempos en que se llevaba una gallina al médico de familia. Es cierto que aún seguimos con los aguinaldos, pero en mi vida de padre con niños en guarderías y subsiguientes, jamás vi que se llevara regalitos a profesores o profesoras, y , menos aún, a nivel privado. Creo, sinceramente, que es una práctica de otras épocas. ¿No tienen un sueldo? ¿Y al médico también le daremos un regalito por atenderme y así a la siguiente me saltará en la lista de espera? ¿Qué son los regalitos, una compensación por el trabajo bien hecho, pero no se paga por eso ya o se paga por el trabajo mal hecho? ¿Y según el regalito, tratarán mejor a mi hijo que al del al lado? En esos años 60, el padre de un compañero regaló al colegio un televisor. Nunca más suspendió el chaval".

Cecilia Jan ya nos descubrió en su post del año pasado que los regalos a los profes siguen a la orden del día, y que a veces sobrepasan con creces lo que se entiende por un detallito.

Realmente hay de todo, depende de la clase y de la comunidad de padres que te encuentras. Dani, padre de dos niños, explica que en su cole está oficialmente prohibido, medida que provoca que cada familia haga lo que quiera y se acabe regalando múltiples objetos. “Predominan los lotes de cremas y los potingues, y los bombones, que son un clásico”, explica Dani. Imma, que es profe, está encantada de los regalos que recibe, siempre manuales.

“Nosotros entre toda la clase le hemos regalo a las dos profes un masaje de 90 minutos en un spa. Ellas durante todo el año han tenido cantidad de detalles con los niños y un gran ojo clínico”, explica Núria, madre de un niño de tres años llamado Bruno. “¡Aunque esto es lo que pensamos el primer año! Igual de aquí a tres estamos hasta las narices de los regalitos”. Precisamente es lo que opina Judith, que tiene el buzón repleto de correos con debates estériles sobre si es mejor un masaje o un pañuelo. Alicia, madre de Teo y Carlota, rompe una lanza en favor de los trabajos elaborados por los niños. Ángela se muestra más radical: “No hay que hacerles regalo. Le veo un punto de soborno. No lo apruebo, pero participo en los regalos de toda la clase para evitar que mis peques se sientan excluidos”. Pilar le busca la medida: “Creo que un detalle conjunto entre toda la clase es la única opción que entiendo como lógica y adecuada a los tiempos que corren... normalmente con poco dinero que recojas por familia puedes hacer un buen recuerdo”.

Clara Blanchar, mi vecina en el blog, asegura: "Creo que el mejor regalo que les podemos hacer a los maestros de nuestros hijos es pasar tiempo con ellos, dedicarnos a ellos, porque estamos en el mismo barco".

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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