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De modelo a activista

Lily Cole se reinventa como empresaria cambiando las sesiones de fotos por los proyectos sociales y la defensa del medio ambiente

Lily Cole, en una de sus iniciativas para acercar la educación a los niños.
Lily Cole, en una de sus iniciativas para acercar la educación a los niños.PA Wire

Lily Cole (Devon, Inglaterra, 1987) fue una modelo precoz a la que el éxito le vino de manera casi instantánea. Descubierta a los 14 años, a los 16 ya había protagonizado una portada de Vogue. Su melena pelirroja y rostro de muñeca de porcelana encandilaron a firmas como Alexander McQueen, Louis Vuitton y Chanel, y le procuraron una fortuna de unos 11,5 millones de euros.

Pero la británica, hija de pescador y artista, se aburrió pronto de la vida de top. Ingresó en la Universidad de Cambridge para estudiar Historia del Arte, seleccionó con cuidado sus contratos publicitarios, y empezó a frecuentar círculos filantrópicos y de innovación tecnológica en los que conoció a su ex, el billonario cofundador de Twitter Jack Dorsey. Como tantas otras modelos quiso probar con la interpretación, y participó en producciones como Blancanieves y la leyenda del cazador, o El imaginario del Doctor Parnassus.

Pero Cole no es como tantas otras modelos. Su reinvención definitiva ha venido gracias al activismo social y medioambiental. Desde que dejó de lado la faceta más convencional de la moda ha lanzado una línea de maquillaje de Body Shop sin crueldad con los animales, creado joyas fabricadas con caucho sostenible del Amazonas, comercializado ropa ecológica, y a través de la marca North Circular contratado a ancianas para que tejieran prendas con tejidos naturales y locales.

Impossible es su proyecto más ambicioso hasta la fecha. Se trata de una red social donde unos usuarios publican sus deseos y otros se los conceden sin esperar nada a cambio. Cole se inspiró en la cultura de los indios nativos americanos en la que el prestigio social se basa en la generosidad, y la única moneda permitida en la red es un “gracias”, que los participantes acumulan como si de likes se tratase.

Al revés que Linda Evangelista, que en su momento se jactó de no levantarse de la cama por menos de 10.000 dólares, Cole imagina una sociedad que no gire en torno al dinero. Aunque su tesis de graduación de Cambridge versaba sobre las utopías, Impossible es toda una realidad. Fundada en 2013 gracias una subvención del gobierno británico pretende financiarse gracias a donaciones y suscripciones voluntarias. Por el momento cuenta con siete empleados, un puñado de voluntarios y miles de usuarios en más de 100 países. Entre sus patrocinadores de más alto perfil está Jimmy Wales, fundador de Wikipedia.

Menos intentar ligar, todo es posible en esta red de favores. Las peticiones van desde quien pide consejo por problemas familiares a quien busca clases de guitarra o un alma caritativa que pasee a su perro. Su fundadora predica con el ejemplo: en una ocasión Cole ayudó a uno de los usuarios a mejorar su ingles a través de conversaciones telefónicas. A la exmodelo su empresa le ha traído más que la satisfacción profesional. Cole conoció a su pareja Kwame Ferreira, de la consultoría Kwamecorp cuando este le ayudó a poner en marcha Impossible. En septiembre de 2015 nació Wylde Cole Ferreira, la primera hija de la pareja.

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