La última resurrección de Macaulay Culkin
De ser la estrella infantil mejor pagada de Hollywood, se transformó en un 'juguete roto'. Ahora rueda una serie y estrena película en primavera
Macaulay Culkin regresa, otra vez. El actor se encuentra sumido en el rodaje de una serie de televisión, mientras espera el estreno de una nueva película para esta primavera, la primera que protagonizará en 20 años y la que espera que suponga su definitiva resurrección. Y es que sus 35 años, la vida del actor se ha convertido en una cadena infinita de resurrecciones.
Desaparecido del mapa después de convertirse en la estrella infantil mejor pagada de Hollywood, se transformó en el más despedazado de los juguetes rotos de la industria, abandonando la interpretación a los 14 años. El niño adorable que se quedó Solo en casa en los noventa creció, y su nombre dejó de asociarse al celuloide para hacerlo a las drogas, los excesos y los escándalos familiares por su fortuna. Resucitó brevemente a principios de 2000, tratando de relanzar su carrera cinematográfica con apariciones en algunas cintas de segunda que no llegaron a los cines. Continuó sus tiempos de oscuridad entre las clínicas de desintoxicación, los arrestos por posesión de sustancias ilegales y el fin de su relación de ocho años con la también actriz Mila Kunis -hoy esposa de Ashton Kutcher-.
A los 31 años unas fotografías del actor visiblemente desmejorado hicieron saltar las alarmas, y un bulo de Internet le dio por muerto. No estaba muerto, pero sí resucitó de nuevo, y lo hizo reconvertido en músico y ocasionalmente también en DJ. En 2012 fundó un indescriptible grupo llamado The Pizza Underground, que versionaba los temas de la banda de Lou Reed pero con continuas alusiones a la especialidad italiana. El proyecto no prosperó (de hecho, sus actuaciones en vivo han acabado frecuentemente desatando la ira del público). Así es como Culkin encaró su penúltima resurrección el pasado diciembre.
Lo hizo a través de un cortometraje para la webserie DRYVRS, en el que deja de huir del apelativo de juguete roto para sacarle jugo: vuelve a interpretar 25 años después al personaje que le lanzó a la fama, aquel Kevin McCallister que luchaba contra los ladrones que querían irrumpir en su casa. El resultado, un clip de cinco minutos donde Culkin se mofa de su pasado mezclando el gore y el humor negro, se volvió viral y le devolvió momentáneamente al centro de atención.
Y ahora, de nuevo, Culkin resucita en la televisión, manteniendo esa línea autoparódica con su propia desgracia. El actor está rodando en Nueva York varios episodios para la segunda temporada de la serie cómica The Jim Gaffigan Show, donde se interpreta a sí mismo como una especie de reivindicación de su talento. Varios medios estadounidenses han fotografiado al actor en los sets de rodaje en Manhattan, con un aspecto peculiar (gafas de pasta, aumento de peso y larga melena), pero lejos de la decrepitud del pasado. La siguiente resurrección se espera en primavera, cuando Culkin volverá a la pantalla grande con la película Adam Green's Aladdin. Junto a las actrices Zoë Kravitz y Natasha Lyonne, revisitará el cuento clásico del genio de la lámpara, en una producción que su director califica como "multisensorial". No cobrará los ocho millones de dólares que llegó a ganar por película como estrella infantil, pero le asegura una nueva resurrección, aunque también pueda ser momentánea.
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