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Sexo, religión, política, salchichas... La comedia del año es un terremoto

'Sausage party', una hilarante película de dibujos animados sobre salchichas que algunos tachan de racista, entusiasma a los críticos

Las insinuaciones sexuales entre salchicas es una constante en 'Sausage party'.
Las insinuaciones sexuales entre salchicas es una constante en 'Sausage party'.

Toy Story proponía juguetes con sentimientos, Buscando a Nemo retrataba la personalidad de los peces en la inmensidad anónima del océano y Del revés sugería que los sentimientos también tienen sentimientos. Pero, ¿qué pasa con las salchichas? Son tan populares como misteriosas (nadie sabe muy bien de qué están hechas) y forman parte de la vida de todos los seres humanos aunque nunca son consideradas alta cocina: las salchichas son la clase más baja de la escala social alimenticia. Afortunadamente, una película se ha propuesto responder a estas preguntas que nunca nos hemos hecho y, lo más sorprendente, es una verdadera joya.

Denuncias de racismo y clasismo entre los alimentos e incluso cuestiones político-religiosas: un pan de pita árabe se pelea con un bagel judío para ocupar una estantería vacía en el supermercado

Sausage party (que se puede traducir como La fiesta de las salchichas) está dirigida por Greg Tiernan y Conrad Vernon, 2016) y se ha presentado esta semana en el Festival South By Southwest (Texas), un certamen independiente, fuera de los cauces de las grandes producciones de Hollywood. Las reacciones de la crítica han sido apasionadas, quizá las mejores para una comedia en varios años. La película cuenta las aventuras de Frank, doblado por el también co-productor y co-guionista de la cinta, Seth Rogen (Vancouver, 33 años). La salchicha Frank vive apaciblemente en la sección de refrigerados de un supermercado a la espera de que él y sus compañeras de envase sean elegidas por un humano para transportarles a la Tierra Prometida, que ellos llaman "el más allá". Cuando por fin una señora (conocida por las salchichas como "Dios") las mete en su carrito, todo son alegrías e incluso Frank le echa el ojo a un panecillo llamado Brenda (con la voz de Kristen Wiig), porque claramente están hechos el uno para el otro.

La fiesta acabará cuando lleguen a un misterioso lugar llamado cocina y la señora que Frank considera Dios empiece a arrancarle la piel a las patatas y comerse bebés zanahoria como aperitivo. Claramente "el más allá" no es tan paradisiaco como imaginaban así que tendrán que escapar como sea, sorteando cadáveres de alimentos. Una experiencia que según un bollito que logró huir "te joderá de por vida una vez la veas". El tráiler está lleno de acción, terror, instinto de supervivencia y amor más fuerte que el odio: Sausage party lo tiene todo.

Seth Rogen, el hombre detrás de la polémica película.
Seth Rogen, el hombre detrás de la polémica película.Cordon

Se trata de una parodia gamberra de los tópicos de Pixar (la razón de existir, la decepción, la vuelta a casa), explotando la calificación 'R' (no apta para menores de 16 años) con palabrotas, insinuaciones sexuales (se utiliza el chiste de la salchicha entrando en el panecillo más de lo que podemos imaginar), denuncias de racismo y clasismo entre los alimentos e incluso cuestiones político-religiosas: un pan de pita árabe se pelea con un bagel judío (doblado por Edward Norton) para ocupar una estantería vacía en el supermercado. No hay lugar donde Sausage Party no entre.

Según el crítico John Defore, de Hollywood Reporter, "las risas no paran desde la primera escena; de hecho la película demuestra ser no solo un ejercicio de demolición de barreras sino también uno de los mejores argumentos a favor de la no existencia de Dios". El especialista en cine Perri Nemiroff alaba en Collider el fervor y la determinación de los creadores de la película: "Te deja con la boca abierta al ver cómo triunfa con temas tan delicados como la raza, el sexo y el asesinato. La historia es sólida como una roca, los juegos de palabras increíblemente ingeniosos y la gran mayoría de su humor es chocantemente divertido". Joe Leydon, de Variety, admira la crudeza y el descaro de la película al exagerar la sátira sobre los estereotipos de nuestra sociedad.

Las salchichas, todo chulas, se protegen de la intensa luz.
Las salchichas, todo chulas, se protegen de la intensa luz.

Esta pasión por parte de la crítica sorprende teniendo en cuenta el tono de Sausage Party y la no tan ferviente recepción de las anteriores propuestas como productor y guionista de Seth Rogen: Supersalidos (Greg Mottola, 2007) o The Interview (Seth Rogen y Evan Goldberg), una sátira sobre Corea del Norte que acabó en el hackeo de los correos de Sony cuando esta se negó a ceder ante las amenazas y distribuyó la película. Incluso algunos han levantado la ceja incrédula ante semejantes halagos. La película, que se estrena en agosto en Estados Unidos (y en España la previsión es que llegue en verano), levantó el entusiasmo de los críticos es real y les ha pillado tan desprevenidos como a nosotros la propia existencia de la película o a las pobres salchichas su destino ahogadas en mostaza.

La versatilidad y valentía como cineasta de Rogen (como actor le hemos visto en Lío embarazoso y Steve Jobs) y su carisma ha hecho que la proyección en este festival de su última extravagancia sea, efectivamente, una fiesta. Según ha contado a ICON el director de Cinéfagos, Emilio Doménech, que estuvo en la presentación del filme en el Festival South By Souhtwest, "la proyección acabó con los críticos botando en sus asientos y los que no se reían conseguían que la experiencia resultase aún más insólita por contraste".

Durante la ronda de preguntas y respuestas posterior al pase, una periodista fue abucheada tras acusar a Rogen de racista por el tratamiento que hace de Teresa, un taco doblado por Salma Hayek. "Este incidente resume muy bien que la película funciona y que debe ser tomada como una sátira sobre los estereotipos, no como una comedia social", señala Doménech. Seth Rogen, además, bromeó sobre la férrea censura norteamericana, con la que él asegura haber sorteado porque "no pasa nada por enseñar sexo en una película siempre y cuando esté protagonizado por comida".

Por si a la película le faltasen ingredientes, el compositor, Alan Menken, se ha encargado de las canciones. Menken, ganador de ocho Oscar, es una leyenda de la animación gracias a sus composiciones para La sirenita, La bella y la bestia o Aladdin. La primera de sus canciones es una exaltada tonadilla sobre la salvación eterna en el más allá y la segunda está interpretada por rockero Meat Loaf, dando voz inevitablemente a un filete de ternera.

Las entusiasmadas reacciones de los que la han visto han aumentado las ganas de hincarle el diente a esta locura. Porque no hay nada más disfrutable que una sátira que triunfa en tiempos de corrección política y miedo a ofender.

 

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