Mi abuelo me llevaba al fútbol y ahora juego para el Manchester United

Hay sueños de todos los tamaños. Pero pocos tan grandes como, en el mundo fútbol, alzarse con la Copa del Mundo representando a tu país. Una quimera para millones de chavales que dan patadas en descampados y canchas de barrio esperando celebrar el gol definitivo como lo hacen a diario junto a sus amigos. Para el centrocampista Juan Mata, ese instante llegó en 2010, año y medio después de que Vicente del Bosque lo seleccionara para el equipo nacional. No marcó el uno a cero que tumbó a Holanda en Sudáfrica, pero le aupó a lo más alto de su carrera. Le hizo formar parte de una plantilla irrepetible. Un momento cumbre como aquel no habría sido posible sin la compañía de su abuelo, Manuel García, persona "elegante tanto en su forma de ser como de vestir", como lo describe el hoy jugador del Manchester United. Gracias a este modelo fue escalando desde el club de la ciudad donde creció, el Real Oviedo, a la máxima categoría.

[A mi abuelo] le encanta el fútbol y de pequeño me llevaba a los entrenamientos y partidos. Se ha pasado horas en ciudades deportivas de toda España esperando a su nieto. Una vez incluso viajó hasta Madrid desde Oviedo y volvió en el mismo día sólo para verme

Casi se atrevería a decir que fue él, Manuel García, quien ha hecho de Juan Mata uno de los jugadores más reconocidos mundialmente. "Le encanta el fútbol y de pequeño me llevaba a los entrenamientos y partidos. Se ha pasado horas en ciudades deportivas de toda España esperando a su nieto. Una vez incluso viajó hasta Madrid desde Oviedo y volvió en el mismo día sólo para verme", rememora. Aunque su pasión también la compartía su padre, que terminó su carrera deportiva en Burgos cuando nació Mata y se mudó al norte sin dejar de lado la afición de su vástago. Eso, y la curiosidad por todo lo que le rodea: aparte de destacar por llenar las redes sociales con instantáneas de paisajes ingleses, este jugador de 27 años ha declarado en varias ocasiones que se refugia en la lectura durante sus escasos ratos libres.

"Me enseñaron a ser curioso, y para mí es fundamental a la hora de vivir", confesó en una entrevista a El País Semanal el pasado octubre. "Leo de todo: autobiografía de gente a la que profesionalmente puedo admirar, ficción...". No sólo se funde entre las páginas de autores como Paul Auster o en memorias de deportistas como André Agassi: también mantiene un blog en inglés, One Hour Behind. A través de esta plataforma virtual, Mata narra sus impresiones sobre los últimos partidos, la actualidad del equipo o las equivocaciones individuales mientras deja caer –de forma salteada, casi a modo de propina– pequeños vídeos mostrando alguno de sus trucos con el balón. "Mis padres y abuelos intentan tratarme con normalidad, con el mismo cariño y respeto que cuando era un niño. Les debo todo. Me han enseñado a entender la vida con normalidad, a ser agradecido con lo que me está pasando y a reconocer lo afortunado que soy", contaba.

Recuerdo a mi abuelo llegando a casa con un pañuelo en el bolsillo de la americana. Es una persona muy trabajadora preocupada por ir bien, con elegancia en la forma de ser y de vestir

Hoy, ese agradecimiento se centra en su abuelo. Fiel a su nieto, Manuel jamás cesó en la insistencia de que luchara por el sueño de ser futbolista. Una fantasía que, para hacerse realidad, ha tenido que sortear muchos escollos y decisiones difíciles. A los 15 años, después de tres temporadas en el Oviedo, el Real Madrid se interesó por él. A su fichaje le acompañó la duda de sus progenitores, preocupados por el cambio de residencia y las nuevas costumbres en una gran ciudad. Más aún para un adolescente arropado desde sus inicios por la familia. Las posibilidades que ofrecía esta incontestable oportunidad y la madurez de un Juanín quinceañero despejaron las dudas. No se arrepintieron: del filial pasó a la segunda división y, así, a la selección sub-19. En pleno crecimiento personal y profesional, a Mata le llegó la tesitura del traspaso al Valencia, de dejar al conjunto por el que suspiran miles de millones de aficionados de los cinco continentes por otro de alto rango pero con menos aura.

Miles de héroes, un mismo sentimiento

Contar esta historia es posible gracias a Perfumes Loewe, que está fomentando la divulgación de relatos en los que alguien agradece la influencia de un héroe anónimo en su vida: un padre, una madre, un profesor... En las semanas previas al Día del Padre (y aprovechando el lanzamiento de su nueva fragancia, 7 Anónimo), héroe por antonomasia de muchos hombres, se hace posible puede agradecer de forma pública a tu propio héroe en la web www.7loewe.com

Aceptó. Dio el salto y se erigió en el tótem de la formación, en la eminencia de la hinchada. La visibilidad que le otorgó el equipo mediterráneo provocó el interés del Chelsea. Justo en la época que volar a otras ligas había dejado de ser un límite para las estrellas nacionales. Y del club londinense al Manchester United, donde espera seguir ampliando un palmarés que ya incluye una Champions League o una Copa del Rey, entre otros trofeos. Así evocaba en una conversación mantenida con esta revista su último episodio en Inglaterra, su país de acogida: "En el cambio del Chelsea al Manchester United fue todo muy raro. De golpe, me vi subido a un helicóptero con mis padres. Al rato, estaba hablando con el entrenador y charlando con Giggs [célebre mediocentro de los apodados Diablos Rojos]".

Allí, donde se maneja con comodidad en los modales y el atuendo british, también ha mantenido esas enseñanzas de su mentor. "Recuerdo a mi abuelo llegando a casa con un pañuelo en el bolsillo de la americana. Es una persona muy trabajadora preocupada por ir bien, con elegancia en la forma de ser y de vestir", anota de nuevo. La misma de la que puede presumir Juan Mata, que ha alcanzado el mayor de los sueños de un futbolista. Aunque estos no dependan del tamaño sino de quién te ayude a hacerlos realidad.