La cooperación al desarrollo al suelo: ¿asumirá el nuevo gobierno su responsabilidad?
Escribe José María Vera, Director General de Oxfam Intermón @Chema_Vera
Transporte en barca en una comunidad de Mozambique. Imagen: José Mucote/Oxfam Intermon
No cabe más, o mejor dicho, no cabe menos. Es difícil laminar una política pública con tanta contundencia como el gobierno lo ha hecho con la Cooperación Internacional al Desarrollo. No es solo el recorte brutal de recursos, sino la falta de estrategia y orientación y la pérdida de peso en el gobierno, los países y la arena internacional. Lo contamos en el informe 'La realidad de la ayuda'.
Decimos a veces que los recursos no lo son todo, al referirnos a una cooperación moderna, adaptada a tiempos de conocimiento y de cambios, en las relaciones de poder y en los determinantes de la pobreza y la desigualdad. Bien, pero una cosa es eso y otra que se sequen los fondos, lo que deja una política en pura retórica. Sufrimos un 70 % de caída de los recursos de la ayuda desde 2009, 70 %¡¡¡ ocupando buena parte del resto la gestión y las contribuciones obligatorias a la UE y a organismos internacionales. Para las aportaciones voluntarias adicionales ya no hay.
La cooperación bilateral está bajo mínimos. El buen trabajo de los buenos profesionales de la AECID en los países, la concentración geográfica, el halo del pasado y la prolongación durante un tiempo de programas de ejecución tardía, han permitido mantener calor en la presencia y relaciones con gobiernos y actores de todo tipo. Ya no se puede más, el paso a la irrelevancia se atisba cerca si no se revierte la situación. Y no será a través de confusos fondos reembolsables o por ejecutar recursos de otros, como el cambio se sentirá.
Es en la Acción Humanitaria donde más se ha sufrido la caída, justo cuando es más necesaria, cuando se alcanzan dramáticas cifras record de desplazados y refugiados que ahora llegan a las orillas de la UE. Un 84 % de caída para quedarse apenas por encima de los 40 mill de euros. Un estado del tamaño y pretendido peso de España, con un presupuesto humanitario poco mayor que el de una ONGD mediana.
Podríamos pensar que esta caída ya anticipa lo que otros donantes están haciendo, y pretenden que se apruebe en la OCDE, sacar presupuesto de la Ayuda para financiar el coste de la acogida de refugiados. Genial, asegurar los derechos de un refugiado a costa de abandonar a otros 20 civiles en el conflicto o en países limítrofes, cuando hay que hacer ambas cosas, por obligación, responsabilidad y humanidad. Aunque en fin, dado que España tampoco acoge refugiados, aquí no hay para nada, no se hace nada.
Basta de lamentos, así sean justificables. Es tiempo de exigencia, de responsabilidad y de oportunidad ante los retos y acuerdos globales. El COP 21 y la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcan el camino para establecer una auténtica Política de Desarrollo global, consistente y que tenga las adecuadas conexiones con lo doméstico. Quienes caricaturizan la Cooperación deberían responder, además de a su falta de solidaridad, a cómo piensan proteger a los civiles víctimas de los conflictos, enfrentar las causas de la migración forzosa, las consecuencias del cambio climático o la desigualdad extrema, sin contar con una estrategia integral de desarrollo, que cuente con recursos y capacidades.
Para hacerlo posible, dotarla de peso y vincularla adecuadamente con otras políticas, proponemos sacar la Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores. Durante dos décadas hemos aceptado su integración en este Ministerio con la expectativa de que impregnara toda la acción exterior de los principios y objetivos de la lucha contra la pobreza, a través de los retos globales del desarrollo. No ha sido el caso. Incluso ha sido utilizada en ocasiones para intereses cortos de política, seguridad y comercio.Proponemos la creación de un ministerio propio o mejor su inserción en una Vicepresidencia de Desarrollo Sostenible que aborde el conjunto de los ODS en España y en el mundo.
En los programas electorales hubo un poco de todo al abordar la cooperación al desarrollo. Aquí link página de Poletika hicimos una valoración rigurosa de los mismos. En los principales líderes políticos no vemos mucho apetito por lo internacional, ahogados como están en lo doméstico. Solo los refugiados y solo cuando se acercan desesperados a Europa, suscitan cierto interés. Sin embargo la población, según el CIS, sigue apoyando en un 90 % que España cuente con una ayuda al desarrollo relevante. Vale, no se manifiestan en la calle por ello, tampoco por otras muchas cosas. Pero ¿es que hace falta volver a las huelgas de hambre para zarandear la voluntad política?
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.