Asesinatos de albinos: la última, Eunice
Orgullo albino. Y punto. Un desfile de moda en Kinshasa https://t.co/N99oOoacu3 pic.twitter.com/v6rgbdoAFb
— lola huete machado 🌏 (@missylolahuetem) January 30, 2016
Esta imagen (de Eduardo Soteras/ AFP) es de un evento que compartíamos en Twitter hace unos días: un desfile de moda celebrado en otoño, en Kinshaha, en la República Democrática del Congo, para llamar la atención una vez más sobre la discriminación y acoso que sufren los albinos en diversos lugares del continente y sin que parezca que nadie se da por enterado, más allá de las declaraciones de buenas intenciones institucionales. Nos llamó la atención por la iniciativa, la creatividad, la belleza de las y los modelos que desfilaban. Pero lo escribíamos, sin saberlo, casi al mismo tiempo de que apareciera el cuerpo mutilado de Eunice Phiri, una mujer albina de 53 años, en el parque nacional de Kasungu, en el oeste del país y cerca de la frontera con Zambia. La última víctima.
Amnistía Internacional (AI) acaba de denunciar (y así lo recogían ayer desde la agencia EFE en Nairobi) que el Gobierno de Malaui no protege debidamente a los albinos, y que estos siguen siendo víctimas de quienes les atribuyen poderes mágicos y buscan emplear partes de su cuerpo en rituales de brujería.
Cuesta imaginar la escena: a Eunice le habían cortado los brazos. Y tal práctica está muy extendida en países de África Occidental, donde los albinos son a menudo desmembrados en rituales de brujería y algunas partes de su cuerpo -incluyendo los huesos, cabellos, pero especialmente sus extremidades- son ingredientes empleados para pociones que la tradición (la mala tradición) indica que soluciona uno y otros males, uno y otros problemas cotidianos.
Numerosas veces nos hemos ocupado del asunto en este blog: Cuando el albinismo sube a la pasarela, La frágil blancura africana...
Y en Planeta Futuro, por extensión, donde se han publicado reportajes en el terreno, algunos con testimonios terribles, como en Negros de piel blanca; “Tenemos miedo de los brujos y curanderos que utilizan partes de nuestro cuerpo para propósitos de sacrificio”, afirmaba allí Ssebyanzi Yudah, fundador de la Asociación de Albinos de Uganda (UAA).
Otros con testimonios de uno de los más famosos cantantes, Salif Keita, en Historia de dos albinos: Salif Keita y la niña Rabiatou
Y otros con imágenes tan hermosas como estas de nuestra colaboradora Ana Palacios, Un refugio para los albinos.
Según el informe policial, Eunice Phiri fue engañada por tres hombres, entre ellos su propio hermano (a menudo las familias consideran una maldición que nazcan hijos con esta mutación genética), para que los acompañara en un viaje a Zambia a través del parque nacional, donde fue asesinada el 23 de enero. Ese tipo de ataques a manos de individuos y bandas organizadas creció de forma alarmante en Malaui durante 2015, lo que ha hecho que algunas familias hayan dejado de llevar a sus hijos al colegio o a mudarse a la ciudad, donde se sienten más seguros.
Solo durante el pasado año se registraron 45 ataques en Malaui, entre ellos asesinatos, intentos de asesinato y secuestros, además de la profanación de tumbas de albinos. En marzo de 2015, el presidente de Malaui, Peter Mutharika, condenó en una declaración estos ataques y llamó a la Policía a detener a sus autores y a dar protección a las víctimas. Aunque en aquel momento se realizaron algunas detenciones, sigue habiendo una gran preocupación sobre la ineficacia de las investigaciones policiales y los asesinos están recibiendo penas que no se ajustan a la gravedad de sus crímenes.
Según Amnistía por boca de su directora en Sudáfrica, Deprose Muchena: "El Gobierno debe tomar medidas urgentes para proteger a los albinos y abordar las raíces de la violencia y la discriminación que sufren". Atajar las supersticiones y las creencias culturales que se encuentran en la raíz de estos ataques es fundamental, según la activista. AI pidió a las autoridades de Malaui que investiguen los crímenes y que lleve ante la justicia a sus autores.
Todo quedará en nada, seguramente. Y no es el único lugar donde sucede: Naciones Unidas advirtió el pasado año de que los ataques y asesinatos de albinos se habían recrudecido en varios países de África Occidental, donde las personas que padecen esta mutación genética viven cada vez más en el terror, evitan salir de sus casas y los niños afectados se ven forzados a abandonar la escuela.
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