La historia nos tiene reservado un suspenso
El quebradero de cabeza en el que se ha convertido la cuestión de los refugiados está desdibujando alguno de nuestros principios más elementales. La gestión parece estar irritando al electorado alemán. Las tensiones en el Gabinete germano aumentan de día en día, mientras una parte significativa de la población adopta un enfoque abiertamente xenófobo. El endurecimiento de las leyes migratorias no tiene como objetivo la mejor defensa de los derechos fundamentales, sino ganar puntos en la carrera de la popularidad. Una vez escuché que en el futuro nuestra civilización sería juzgada por el trato dispensado a los más débiles, a aquellos que no pueden valerse por sí mismos. De ser cierto, la historia nos tiene reservado un amargo suspenso.— Jaime Aznar Auzmendi.
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