Divorcios, porno y fanatismo: la historia oculta tras el éxito de 'Cuéntame'
En 15 años que lleva la serie en activo a la gente que participa le ha cambiado varias veces su vida real
La travesía Tito Fernández se recorre en apenas cinco minutos de punta a punta, suficientes para darse un buen atracón de los años 80: uno se cruza con varios Renault 5 y Seat Mirafiori, observa en una pared carteles jironados que animan a votar al CDS e incluso pasa por el escaparate de un videoclub en el que se alquilan películas en cintas Beta. Aunque todo es absolutamente real, nada lo es en realidad. Ni siquiera el nombre de la travesía o el del barrio madrileño donde se encuentra, San Genaro. Estamos en el plató en el que se ruedan los exteriores de Cuéntame cómo pasó, en una nave industrial perdida en algún lugar entre los madrileños Pinto y Valdemoro (exactamente igual que el dicho popular).
Empecé con 28 años, ahora tengo 42. Me he casado, me he divorciado, me he vuelto a casar y he tenido hijos con mis dos mujeres. Lo mío sí que es para hacer una serie”
Junto a la americana Ley y orden, está en el ránking de las series semanales más longevas que se emiten en la actualidad: está a punto de cumplir 15 años de vida durante los que, casi en tiempo real, ha narrado la cotidianidad de la familia Alcántara, desde 1968 hasta 1982, haciendo especial hincapié en el contexto sociopolítico. Por el momento no hay visos de que deje de rodarse, y algunos vaticinan que incluso llegará a solapar el propio estreno de Cuéntame, allá por 2001 en Televisión Española. “Realmente, cuando rodamos nunca sabemos si será la última”, cuenta su director, Moisés Ramos, y añade: “Yo creo que, de momento, gusta tanto al público que los políticos no se atreven a tocarla”.
Durante 15 años, la serie no solo ha vivido las andanzas de los Alcántara; el equipo de rodaje también ha tenido su propio Cuéntame en la vida real. “Empecé con 28, ahora tengo 42”, dice Aníbal Vázquez, jefe de producción, “me he casado, me he divorciado, me he vuelto a casar y he tenido hijos con mis dos mujeres. Lo mío sí que es para hacer una serie”.
Estos son los hitos detrás de las cámaras.
LOS TALIBANES CASI SE CARGAN EL ESTRENO
Cuéntame cómo pasó tenía previsto su preestreno el 12 de septiembre de 2001. Un día antes, Al Qaeda provocaba en el World Trade Center de Nueva York el mayor atentado terrorista de la historia. “Vi por televisión cómo se estrellaba el segundo avión”, cuenta Joaquín Roca, del equipo de montaje, “y di por hecho que la serie ya no salía, porque estaba sucediendo algo mucho más importante: se acababa el mundo”. Una de las estrellas de la serie, Imanol Arias, comentó entonces a sus colegas: “¿Quién va a querer vernos a nosotros, con todo lo que están echando en televisión?”.
Pero siguieron con el plan marcado: Miguel Ángel Bernardeu, productor y creador, ofreció una rueda de prensa “patética”, según él mismo dice, para dar luego paso a la proyección del primer capítulo ante un grupo de periodistas. Un fallo en el equipo de vídeo provocó que no se viera ni en color, ni en blanco en negro, sino en verde. “Les puedo asegurar que esta serie no es la de Los invasores”, se disculpó. A pesar de que España entera tenía la vista puesta en las Torres Gemelas, Cuéntame se estrenó un día después y, contra todo pronóstico, duplicó las cifras previstas.
MUCHO MÁS QUE UNA WEB PORNO
La serie iba como un tiro, pero a los pocos capítulos alguien estuvo a punto de cargársela de un plumazo. O, al menos, el nombre. Una persona se puso en contacto con la productora, Ganga, para decirles que había registrado legalmente Cuéntame en la Red para su portal de contenido pornográfico, y amenazó con demandarlos si no le cedían el 10% de participación en la serie.
Los responsables intentaron disuadirle con una buena suma de dinero, pero ni con esas: el tipo siguió adelante con la demanda, y los llevó a juicio. El propio Bernardeu declaró ante el tribunal, y basó su defensa en pronunciar “Cuéntame” pausadamente, haciendo un círculo en el aire con el dedo índice justo cuando llegaba la letra “a”. Los jueces lo tuvieron claro en el momento y lo absolvieron: el demandante había nombrado a su portal porno Cuent@me. No había caso, por tanto. “Se dio la circunstancia de que el juzgado en pleno era fan de la serie, menos mal”, comenta una persona cercana a la productora.
LA (AUTO)CENSURA
En todo este tiempo, la serie ha pasado por los gobiernos de Aznar, Zapatero y Rajoy, y han relatado episodios tan delicados como la dictadura, la muerte de Franco, el 23 F, la elección de Felipe González o ETA y los GAL. Desde los sectores más conservadores siempre se les ha tachado de "rojos", “aunque también hemos recibido palos de la izquierda”, cuenta la responsable de comunicación. Otras fuentes del rodaje aseguran que tanto Aznar como Zapatero, e incluso la familia de Adolfo Suárez, está encariñados con la serie. Y el Gobierno actual tampoco ha planteado su retirada, lo que por otra parte sería de locos, siendo uno de los formatos con más audiencia de una, hoy por hoy, maltrecha televisión pública.
Otra cosa es que algunos políticos hayan intentado meter mano en los guiones. “Nunca nos han impuesto nada. Digamos que han sido, bueno, recomendaciones. Pero nosotros luego hemos hecho siempre lo que hemos querido”, dicen en el equipo de postproducción.
Moisés Ramos, el director de la serie, sin embargo, cree que a veces se pasan de complacientes. “En el capítulo en el que el PSOE gana las primeras elecciones, según el guión, teníamos que conceder el mismo tiempo a imágenes de Felipe González que a las de Manuel Fraga”, cuenta el director. “Me pareció ridículo darle la misma importancia al jefe de la oposición, cuando el verdadero fenómeno en 1982 era la victoria del PSOE. Creo que, a veces, evitamos las injerencias a base de querer contentar a todos, y eso tampoco está bien porque no contamos las cosas tal cual son. Aplicarse autocensura es a veces incluso peor que la censura”.
Ramos está convencido de que, si Cuéntame se hubiera rodado en los 80, habrían sido más osados. “En aquella época la televisión era más desprejuiciada. ¿Recuerdas esa escena en una serie de Charo López masturbándose contra el palo de una cama? Eso sería imposible en Cuéntame: en las escenas de sexo hacemos fundidos a negro”.
MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS
Una serie no es mítica (más aún si es tan longeva) si no tiene su propia maldición. El número de actores fallecidos que han pasado por Cuéntame es elevado, si bien tampoco tiene nada de extraño, habida cuenta de que la mayoría tenían ya cierta edad: Roberto Cairo (falleció en 2014, con 51 años), Álex Angulo (en 2014, con 61), Tony Leblanc (en 2012, con 90), Pepe Sancho (en 2013, con 68), Fernando Fernán Gómez (en 2007, con 86), Luis Cuenca (en 2004, con 82) y Walter Vidarte (en 2011, con 80).
RENCILLAS Y SUCESOS ESCABROSOS
Cuesta encontrar malos rollos, por mucho que uno busque en los intersticios del equipo de rodaje. Tal vez el más sonado haya sido la polémica de la actriz Pilar Punzano, que tras salir de la serie denunció un incumplimiento de contrato. Unas declaraciones de Imanol Arias, en las que defendía a la intérprete que iba a sustituirla, encendieron la mecha. “Tienes la lengua tan larga como las manos, expadre”, llegó a publicar Punzano en su Facebook (interpretaba a la hija mayor de los Alcántara). El conflicto no llegó a más, y su repercusión mediática no duró ni dos días. “Obviamente lo que dice Pilar de Imanol no tiene fundamento alguno, no fue más que una rabieta y así quedó”, dice una persona de Ganga cercana al rodaje. El actor Pablo Rivero, que también ha dejado la serie recientemente, declaró hace poco que no es habitual que surjan rencillas en el rodaje por quién gana más o menos, ya que normalmente “nadie le dice al otro lo que cobra”. Opina que es una riña puntual, y que no irá a más porque en el equipo “todos se adoran”.
Dentro de los sucesos escabrosos y lamentables está el ocurrido con el actor Javier Bódalo, adolescente que interpreta a El Rana en la serie, al quien propinaron el pasado noviembre una paliza en la puerta de una discoteca, desfigurándole la cara. El único motivo, aparentemente, fue que salía en Cuéntame. Su amigo y también actor, Jorge San José, fue tajante en su muro de Facebook: “Parece ser que les hacía mucha gracia pegar entre cuatro a una persona que conocían de la televisión. Pues bien, que sepan estos tíos mierdas que les vamos a encontrar y que no vamos a descansar hasta que paguen por lo que han hecho. Me nace un sentimiento de ir a hacerles lo mismo que le hicieron a Javi, pero hay que ser más listos que ellos y tomar todas las acciones legales posibles para que estos perros paguen hasta el último duro”.
ANTES QUE TINDER, ESTABA EL PLATÓ
Dentro del equipo de rodaje ya tienen su denominación: “Las parejas Cuéntame”. Se han multiplicado los noviazgos y matrimonios entre ellos, lo cual, según Roca, es totalmente lógico. El responsable de postproducción entró con 42 años y ahora tiene 58. “En este tiempo he roto con dos parejas, y ahora tengo una tercera, del equipo claro, la única que puede entenderme, porque esta serie absorbe tanto que es complicado que alguien de fuera te soporte”, señala.
Se cuentan por decenas, empezando por el creador de la serie, Miguel Ángel Bernardeau, casado con Ana Duato. También Aníbal, de producción: “Es normal. Pasamos aquí tantas horas y durante tantos años, que nos convertimos en una familia. Y tanto va el cántaro a la fuente… Pues aquí estoy. Casado con una del equipo, divorciado, y con hijos de dos parejas”.
También es el caso del director de la serie, Moisés Ramos, que se casó con la argentina Clarisa Guercovich cuando era responsable de la publicidad hace unos años. “Lo llevábamos fatal, porque ella era la que traía los ingresos a la serie, la que decidía colocar un producto u otro en las escenas para anunciarlos, y chocaba frecuentemente conmigo, que ponía el lado creativo. Cuando llegó Zapatero y prohibió la publicidad en la televisión pública salvó mi matrimonio, aunque no lo sepa”.
Ramos confiesa que todos tienen una especie de síndrome de Show de Truman: “Cuando se planteó que los personajes de Ana Duato e Imanol Arias se divorciaran, en el plató se podía cortar el aire con un cuchillo. Todos teníamos la sensación de que era algo que nos podía pasar también con nuestras parejas. Yo llegué a temer que un día me llegara un guión en el que se separaban definitivamente, porque tenía la extraña sensación de que eso provocaría también mi divorcio”, dice totalmente en serio.
LA VIDA SENTIMENTAL DE LOS PROTAGONISTAS
Pero ojo, que la actividad sentimental de los actores de Cuéntame no es tan endogámica como la pintan: algunos, entre ellos los protagonistas, la han desarrollado fuera del plató durante este tiempo. Imanol Arias y Pastora Vega se divorciaron en 2009, con la serie en marcha. Un año después, el leonés afirmaba tajante, durante el estreno de una película: “No voy a encontrar a la mujer de mi vida, porque la mujer de mi vida fue ella". Y es que las declaraciones en caliente hay que tomárselas con cierta distancia, porque el verano pasado varias revistas del corazón mostraron imágenes del actor veraneando de la cintura con la diseñadora Irene Meritxell, tan contento.
Juan Echanove se casó hace un año con la presidenta de la Academia de Gastronomía valenciana, Cuchita Luch, y los dos vienen de matrimonios pretéritos: ella tiene dos hijos y él, uno. La pareja se conoció durante unas jornadas gastronómicas de Madrid Fusión, cuando el actor presentaba el programa de TVE Un país para comérselo. Ella le pidió matrimonio un poco después, siguiendo la inercia culinaria, durante la tradicional cena de la Academia en el restaurante Komori, mientras pronunciaba su discurso como presidenta.
María Galiana, la abuelísima de la serie (y, para muchos, de España), perdió a su marido durante su séptimo año de rodaje, como ella misma dice, “por culpa del tabaco”. Llevaban 47 años casados y era profesor en la Escuela de Arquitectura. Ella, por cierto, lo fue en el Instituto Ramón Carande, en la asignatura de Historia del Arte, hasta que se jubiló justo un año antes de empezar a actuar en Cuéntame, si bien llevaba compatibilizando su actividad docente con la interpretación desde los años ochenta. Galiana (sevillana de 80 años) ahora vive sola, pero como ha declarado en varias ocasiones, su hija la visita a menudo y con eso le basta, porque le gusta ser independiente. Lo dejó claro en la revista Ballesol: "Tengo cosas en común con Herminia, claro; pero en otras cuestiones soy diametralmente opuesta".
SESIONES DE MEDITACIÓN
Si te da por ir a sesiones de meditación y te encuentras de frente con Inés Alcántara (la hija mayor en la serie), no estás viendo alucinaciones. La actriz que la interpreta, Irene Visedo, no se limita a la interpretación, también da clases de mindfulness. “Me dedico a guiar a la gente en un momento determinado, y darles herramientas para lidiar con sus sensaciones negativas”, cuenta. “Tuve una época en mi vida, cuando dejé la serie durante siete años, en que me costaba aceptarme a mí misma, no me veía a la altura de ser una actriz tan popular. El mindfulness, que en definitiva es llevar una vida sana física y espiritual, me ha ayudado a volver a aceptarme y a estar bien conmigo misma”. Hace poco, lo resumió mucho mejor en el portal Enfemenino.com: “Ser espiritual es hacer una buena caca”.
Manuel de Dios, que interpreta a Luisito en la serie desde que tenía 10 años, no ve problemas en cambiar el plató por una gris oficina. Al contrario. “Dejé la serie cinco años para estudiar Ciencias Políticas y un máster en cooperación. Me han propuesto volver a la serie y he aceptado, pero solo porque es Cuéntame, prácticamente mi único proyecto como actor. Y me siento a gusto. Cuando acabe la serie, volveré a mi otro mundo laboral y dejaré la actuación porque, sinceramente, lo de hacer castings y tener siempre un book de fotos actualizado no va nada conmigo”.
Como se ve, hay mucha vida en la trastienda de Cuéntame... y seguirá latiendo fuera del plató...
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