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El pan está mojado: trucos para hacer comestible el menú del avión

Los cubiertos no cortan, el plato principal es un drama, el aliño en bolsitas salpica... Expertos muy viajados nos ayudan a comer mejor en vuelo

Ángela Díaz Jiménez

La experiencia de alimentar a miles de pies de altura no suele ser todo lo satisfactoria que debería. Causas como la presión de la cabina, la temperatura de la comida (o muy caliente o muy fría) o los materiales del menaje hacen del menú del avión una travesía por el desierto que a todo el mundo le gustaría convertir en oasis. Hemos recurrido a dos especialistas con muchas horas de vuelo para que analicen y aconsejen sobre lo que nos llevamos a la boca: Isidoro Merino, de El País El Viajero, y Leticia Pérez, del blog Trucos viajeros. Despegamos...

Por qué los cubiertos no cortan ni la lechuga

Leticia: "Los cubiertos en clase turista generalmente no cortan ni la verdura (en un vuelo hacia Qatar me pusieron col china y la terminé comiendo estilo troglodita). Y algunas veces el tenedor sirve de poca cosa. Además de que el plástico no es muy agradable para comer. Personalmente prefiero los cubiertos de bambú o madera".

"Siempre me ha fastidiado esto: ¿por qué te despiertan para comer? Con el cambio de husos horarios, hay vuelos en los que te puedes pasar comiendo todo el viaje. Y tampoco es eso"

Isidoro: "En casi todas las aerolíneas ponen cuchillos de metal en clase business, algo que siempre me ha llamado la atención: te hacen pasar mil controles y después te dan un arma".

Mi pan está mojado

Isidoro: "Hay que subrayar lo desagradable que es comer un pan que está algo mojado o reblandecido por haber entrado en contacto con los platos que se sirven en frío o en caliente. Mejor envasado que sin ningún tipo de protección. Así nos ahorramos que se moje o se ablande al entrar en contacto con líquidos y alimentos calientes".

El drama del plato principal

Leticia: "Uno de los problemas principales del plato principal (valga la redundancia) es que se sirven todos a la vez, así que o se queda blando o reseco o simplemente no sabe a nada. No es que mejore mucho, pero cuando te preparan el plato solo para tí la calidad sube. Yo suelo pedir comida vegetariana o para diabéticos o algo similar, no porque no me guste la carne, sino porque aunque vuele en Turista, como suelo ser la única que pide eso, me lo sirven al momento (muchas veces hasta lleva mi nombre). Otro problema es cuando te vas haciendo a la idea de que vas a pedir pollo y al llegar la azafata ya no queda. ¡Da una rabia! Y otra cosa: yo desterraría todos los olores fuertes (curry, coliflor), pero hay quien huele un durum en un vuelo de Turkish y se le hace la boca agua...".

Colocar bien los alimentos en la bandeja es uno de los grandes retos.
Colocar bien los alimentos en la bandeja es uno de los grandes retos.Istock

Isidoro: “El plato principal se precocina, se introduce en una barqueta, se cierra y se enfría. Después se recalienta a bordo. Es casi imposible que de ahí salga algo que sepa bien”.

Es desesperante: ¡no cabe nada en la bandeja!

Leticia: "Colocar los elementos en la bandeja para que todo sea operativo es un reto. La mejor técnica es que vaya el asiento de al lado vacío o llevar un compañero de viaje al que le guste lo que no te gusta. Como estos dos casos son un poco complicados, ahí van unos consejos: 1. Decide qué te vas a comer y qué no (por mucha hambre que tengas hay cosas que no vas ni a tocar); 2. Guarda en tu bolsa de mano alimentos que te pueden servir para después (galletas, quesitos, la fruta... cualquier cosa que te sirva para desayunar al día siguiente o de snack mientras esperas al siguiente vuelo); y 3. Ve apilando lo que no quieres y los platos vacíos unos encima de los otros hacia el fondo de la bandeja.

No me despierte para comer, por favor

Leticia: "Siempre me ha fastidiado esto: ¿por qué te despiertan para comer? Con el cambio de husos horarios, hay vuelos en los que te puedes pasar comiendo todo el viaje. Y tampoco es eso. Turkish y Qatar Airways son especialmente generosos con la comida, el desayuno, los snacks, los caramelos,... pero se lo toman tan en serio que aunque estés dormido como un lirón te despiertan. A lo mejor es un poco tonto, pero yo me he propuesto hacerme pegatinas de: I'm sleeping, not hungry. A ver si en la próxima vez me dejan dormir todo el vuelo, caray".

El aceite y el vinagre siempre me mancha la ropa

Isidoro: "Es mejor que presenten el aliño en botellas tamaño Liliput que en esos sobres de plástico listos para derramarse en cuanto se abren".

La bebida salpica al vecino

Leticia: “Que diesen tapa para los vasos y las latas estaría bien para no salpicar al vecino, y por si llegan turbulencias”.

Isidoro: “A mí se me derramaría el café aunque me clavasen la taza en la bandeja”.

Mantequilla, ese placer culpable

Leticia: “Yo solo como mantequilla cuando vuelo. Es uno de los pequeños placeres del menú del avión. Viene a la temperatura justa y lista para untar”.

¿Ensalada variada?

Isidoro: "Una ensalada no sólo tiene que ser de lechuga y tomate. Punto extra para las aerolíneas que apuestan por el cuscús o el tabulé".

El empaquetado

Isidoro: "Es de aluminio y se deforma al recalentar el contenido. Si el plato fuera de porcelana, como en business, alimentarse sería más estable".

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