La fuerza de ‘La guerra de las galaxias’ reúne a Hollywood en el estreno

La fuerza ha acompañado a Harrison Ford, Carrie Fisher y Mark Hamill en el estreno mundial de La guerra de las galaxias Episodio VII. El despertar de la fuerza, celebrado esta noche en Los Ángeles. También lo hicieron los más de 3.500 invitados a la mayor gala celebrada en Hollywood y que extendió su alfombra roja cerca de un kilómetro por el corazón de la meca del cine. Todo tuvo otra dimensión en esta premiere. La alfombra cubrió el doble de la distancia que la que habitualmente pisan las estrellasen los Oscar. Y no fue suficiente la sala Dolby, la de mayor capacidad de la ciudad, para dar cabida a tanta espera. Los estudios Disney, encargados de la cinta, ocuparon no uno ni dos sino tres teatros en el corazón de Hollywood para albergar a todos los invitados.

“Es un increíble honor estar con todos en este estreno tan pequeñito”, bromeó el director JJ Abrams como saludo a sus invitados. Junto a él en el escenario estaban todos los que tenían que estar. Una extensa familia de pasado y futuro donde además de Ford, Fisher y Hamill estaba esa nueva generación de actores (Daisy Ridley, Lupita Nyong'o John Boyega y Oscar Isaac) o la vieja guardia (Anthony Daniels o Peter Mayhew). Y frente a ellos, una audiencia llena de nostalgia y deseosa de escuchar de nuevo las notas de John Williams, también en la sala, capaces de transportarles a esa galaxia que muchos de los presentes conocieron en 1977, durante el primer estreno de esta saga millonaria.

Entre ellos, George Lucas, el hombre que creó este universo cinematográfico y en el centro de todas las adulaciones. “Desde lo más profundo de mi corazón, gracias”, le dijo un humilde Abrams. El alevín de Hollywood también tuvo las mismas palabras de agradecimiento para el compañero de asiento de Lucas, que no era otro que su amigo, el también realizador, Steven Spielberg. “Te lo debo todo. No sé qué más te puedo dar”, añadió Abrams al hombre que le dio la primera oportunidad en Hollywood y que recomendó su nombre para hacerse cargo de esta nueva era galáctica.

Elizabeth Banks, Jon Favreau, Spike Lee, Joseph Gordon-Levitt, Chadwick Boseman, Josh Gad, Sofia Vergara o Jason Bateman fueron algunas de las estrellas afortunadas con entradas para la premiere más esperada de la ciudad, esa donde por una vez no importó el estudio y fueron muchos los presidentes de compañías rivales los que dejaron a un lado la competencia para participar en una gala con ganas de hacer historia.

También fueron históricas las medidas de seguridad. Los perros policía permanecieron durante toda la gala en el perímetro, vigilantes ante la presencia de posibles ataques. Mientras, los invitados tenían que recoger en persona sus entradas y entregar todos sus objetos electrónicos, incluidos sus teléfonos móviles en una ciudad donde nadie sabe vivir desconectado, antes de entrar a la proyección. Y recogerlos a la salida en colas interminables. Un mar de seguridad y estrellas donde no faltaron los otros héroes de la noche, los androides C3-PO, R2-D2 y el nuevo y ya popular BB-8 que se pasearon por la alfombra roja escoltados por un ejército de storm troopers mientras los fans, vestidos de todas las modas galácticas posibles, les vitoreaban o les intentaban convencer de que se acercaran para un último selfie.

Una gala para el recuerdo donde los comentarios más comunes de todos los presentes fueron aquellos que devolvían a los asistentes a esa primera vez que disfrutaron de La guerra de las galaxias mientras degustaban pequeños pasteles con la cara de Han Solo preparados por Wolfgang Puck. Nadie se atrevió a desvelar los secretos de una cinta que solicitó el silencio del público para mantener virgen la ilusión del público hasta el día 18 y evitar los spoilers a la futura audiencia. Y no importó cuan fría fue la noche, demasiado fría para los estándares californianos acostumbrados a veladas más cálidas. El calor brotó en la sala en el momento en el que comenzaron a sonar las primeras notas de la banda sonora y los espectadores la recibieron puestos en pie con un gran aplauso antes de ser transportados una vez más futuro de una galaxia no tan lejana.