
Las artesanas del Cauca
Ellas siempre ganan. Se trataba de tejer en común desarrollo humano y económico, autoestima y ciudadanía; de romper barreras étnicas y compartir culturas y problemas; de poner un espejo de mujer indígena a mujer indígena. Hoy el proyecto EnRedArte vende sus creaciones hasta en ferias internacionales



