Paredes que captan el sol
FOTO: Stella Rotger
El primer proyecto del arquitecto Josep Bunyesc fue un clásico -su propia casa- que, sin embargo, resultó ser un reto extraordinario. El ilerdense levantó a las afueras de su ciudad la primera casa pasiva española, esto es, la primera vivienda con nulo o muy bajo consumo energético. Había aprendido a construirlas en Bélgica, donde estudió. Desde entonces, cada uno de sus proyectos ha sido un reto, o un invento, de los que este blog ha procurado ir dando cuenta. De remodelar un refugio de montaña –buscando idéntico bajo consumo- a almacenar el sobrante de la energía acumulada en los paneles solares de su casa para utilizarlo como combustible para su coche.
El último de estos proyectos-inventos es un muro transparente capaz de captar energía solar. Un material que además de aislar y acumular energía no interrumpe la llegada de la luz. Bunyesc lo empeló en la rehabilitación de esta vivienda en la falda de los Pirineos. Y, atención porque esto también es una novedad, no ha informado de los resultados hasta haber comprobado durante un año, cuatro estaciones, cómo reaccionaba el muro captador transparente. Hechas las pruebas con el frío y el calor, estos 12 meses certifican que el invento ha sido un éxito. Así funciona:
El muro captador sustituyó la fachada sur de una antigua vivienda que estaba deteriorada y en la que era imposible agrandar los huecos para permitir una mayor entrada de luz y sol y para reducir de esta manera el consumo energético. Además de instalar el nuevo muro translúcido (paneles de ocho capas de policarbonato), toda la vivienda se aisló con algodón reciclado.
El resultado fue que la temperatura en el interior de la vivienda nunca descendió por debajo de los 20 grados a pesar de que en el exterior la media invernal estuviera entre los 4 y los 10 grados. En todo el invierno los dueños no hicieron uso de la estufa nueva que habían comprado. Hoy la han puesto a la venta, junto a los edredones que han entendido que jamás necesitarán.
“No se lo podían creer ni ellos ni la madre de la propietaria, que no entendía de dónde salía el calor”, explica el arquitecto. No es fácil entenderlo, son los paneles de policarbonato los que lo captan y lo transmiten al muro de 35 centímetros de grosor. De esta manera, la hora más cálida se posterga a cuando el sol ya no está: las 11 de la noche, cuenta Bunyesc.
Una estufa de biomasa funcionaría en caso de que un invierno cambiara el clima y el porcentaje de días soleados disminuyera en la zona. No fue el caso el pasado invierno. Pero, ¿qué sucedió en verano? ¿Se asaron de calor con un muro ideado para captarlo? Con el sol alto, el muro de policarbonato no se calienta. Y en la casa no hace calor porque el aislante funciona igual frente al frío que frente al calor. Un sistema de persianas ligero, ventilado y desmontable puede utilizarse en algún momento cuando el verano va dejando paso al otoño. No hace falta nada más.
Bunyesc está muy agradecido a los propietarios de esta casa porque no tenía claro si lograría controlar completamente las altas temperaturas del verano. Por eso previó varias opciones de protección solar, pero los propietarios aceptaron que no las aplicara hasta comprobar el grado de calor. El verano pasado fue muy caluroso en toda España. Los propietarios de la casa con paredes que captan el sol ideada por Bunyesc no acusaron esas altas temperaturas. Y el arquitecto no tuvo que aplicar ninguno de los sistemas planificados. Ni los propietarios gastaron dinero en lo que no necesitaban.
Precio por metro cuadrado de la rehabilitación según arquitecto: 700 euros.
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